Por Raúl Vallarino.-
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) manifiestan su profunda preocupación ante denuncias recibidas por parte de organizaciones de la sociedad civil quienes señalaron uso desproporcionado de la fuerza pública contra personas manifestantes y periodistas en Argentina; e instan al Estado a respetar el derecho a la libertad de expresión, reunión pacífica y labor periodística y garantizar la seguridad, expresan estos dos organismos.
Cuando la CIDH y la RELE “manifiestan su profunda preocupación ante denuncias recibidas por parte de organizaciones de la sociedad civil quienes señalaron uso desproporcionado de la fuerza pública contra personas manifestantes y periodistas en Argentina”, es importante aclararles que esas “denuncias”, no se ajustan a la realidad y me explico; yo estuve allí cumpliendo mi trabajo periodístico y lo acontecido difiere en mucho de lo expuesto sobre estas supuestas agresiones.
Como periodista de este medio, no sufrí agresiones por parte de las fuerzas del orden, pero si de los exaltados manifestantes que ven en la prensa a enemigos. Pretendían distorsionar la verdad, no respondiendo lo que se les preguntaba y agraviando si la consulta no les gustaba o no se ajustaba a sus intereses.
Lo que vimos allí es algo que tanto la CIDH y la RELE tienen que saber y es que se debe respetar el derecho a la libre circulación algo que ampara la Constitución y que los manifestantes se negaban a cumplir, cortando calles e impidiendo que trabajadores que no adherían a la protesta ejercieran ese derecho.
La policía, como se ve en la siguiente fotografía, procedieron a liberar un carril de la avenida Callao, en las inmediaciones del Congreso, para que se permitiera el libre tránsito de vehículos y personas, sin incidentes.

Pero luego partió la provocación por parte de los manifestantes y no de la policía. Querían cortar todo con violencia e insultos. Incluso destrozaron aceras con martillos para obtener partes del cemento para utilizar como proyectiles causando enormes disturbios

Así provocaban la violencia los manifestantes, rompiendo y destrozando todo:
https://twitter.com/BorderOnline/status/1753565713464209886
Las imágenes de los exaltados son elocuentes. Los propios medios de prensa pedían la intervención policial para evitar los desmanes:
https://twitter.com/indignadoxd/status/1753576241951584365
LEA| Argentina: no son manifestantes; son delincuentes (Videos)
Entonces, la CIDH y la RELE, deben también proteger el derecho de los pacíficos y no escuchar una sola campana y recordar la frase, “Tu derecho termina donde empieza mi derecho. Y mi derecho termina donde comienza el de los demás”.
Por lo tanto, no se puede hablar con tanta liviandad, sobre lo que realmente ocurre en Argentina.
¿Quién provoca la violencia? ¿Los que se sientan en la avenida Callao tomando cerveza como si estuvieran de camping, impidiendo la circulación o la policía que les pidió varias veces que dejaran libre media calle para permitir la libre circulación y no lo hicieron?

La protesta nunca estuvo prohibida y hasta se le permitió en cierto momento que se sentaran en la calle, solo que se respetaran los derechos de todos por igual y no los de unos sobre otros.
Pero luego, no les era suficiente y comenzaron a provocar y a lanzar piedras y objetos contundentes a los uniformados. La violencia no partió de parte de la policía o la gendarmería nacional.
https://twitter.com/ICNDiario/status/1753612589714514134
Excelente cerrada de boca a los zurdos de la CIDH y la RELE, que no investigan nada y se basan en lo que dice solo una parte interesada y sesgada.
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