Argentina, la grieta y los que no quieren perder sus privilegios con el ajuste de Milei

Por Raúl Vallarino

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Congreso de Argentina - Foto: ICN Diario

La sociedad argentina está viviendo un profundo cambio a nivel político, pero hay sectores o partidos que prefieren que el pueblo no se beneficie mientras ellos mantienen sus privilegios.

Milei arrasa y va a mil por hora, quiere cambios y se enfrenta a los detractores que le ponen palos en la rueda y este viernes, desde Roma, envió un mensaje contundente donde ataca a los corruptos y a los que no quieren un cambio profundo para solucionar la crisis que dejó el kirchnerismo.

Y son los kirchneristas, acostumbrados a manejar las grandes cajas de dinero del Estado, los que se oponen a salir del desastre que ellos provocaron, porque quieren volver así sea por medio de la desestabilización de la democracia, algo que saben hacer muy bien. Son expertos en deteriorar la economía y enriquecerse.

Milei en su duro alegato de hoy, que ha sido demoledor, expresó entre otros conceptos: “El gobierno nacional asumió con la responsabilidad de arreglar tres problemas fundamentales que sufre nuestro país: la inflación, la inseguridad y los privilegios de los políticos” y agregó; “No vinimos acá a seguir jugando el mismo juego empobrecedor de los políticos de siempre. No vinimos acá a hacer pactos espurios en contra de los intereses de los Argentinos. Y no vamos a ser cómplices del juego de los mismos parásitos de siempre que viven a costa de los Argentinos”.

Milei contra los burócratas que piden coimas

Subrayó el mandatario que, “El gobierno mandó un proyecto de ley al Congreso de la Nación para devolverle la libertad a los Argentinos. En ese proyecto de ley está reflejado nuestro proyecto de país. Un país libre, donde los ciudadanos puedan vivir su vida sin depender de un burócrata que pide una coima para liberar una importación. El gobierno no necesita la ley. Los argentinos la necesitan. Y la vamos a conseguir, más tarde o más temprano. Porque la voluntad de unos pocos convencidos es más poderosa que la de muchos sin principios ni moral”.

Y fue más allá y aseveró con dureza, “Por eso diseñamos un programa económico para exterminar la inflación sin necesidad del Congreso ni de ninguno de todos aquellos que pretenden seguir viviendo como reyes a costa de los contribuyentes.

Durante toda la campaña dijimos que nosotros íbamos a enviar nuestros proyectos al Congreso y los políticos iban a tener que decidir de qué lado de la Historia querían estar. Si querían ser parte del cambio o querían seguir manteniendo sus privilegios. También dijimos que si no acompañaban los cambios, los íbamos a exponer frente a la sociedad para que sus negociados, privilegios y corrupción quedaran expuestos”.

Puntualizó Milei, “Durante muchos años hubo en Argentina un grupo de políticos que dice representar la moderación, el diálogo, el consenso y la sensatez, que lo único que hacen es garantizar el statu quo a cambio de negocios personales. Registros automotores, concesiones de litio, repartija de sobres a periodistas y muchos otros negocios que algunos políticos hacen mientras “defienden la República” en la televisión.

Todo eso se acabó con nosotros. Si tienen un problema con que expongamos lo que hacen, cómo votan y a quién responden, es porque no están defendiendo los intereses de la Nación, sino los propios.

No vinimos a continuar con la rueda del juego de la política de siempre. Vinimos a romperla. No nos importan las operaciones, las difamaciones, los títulos de los diarios. No nos importan las presiones de quienes destruyeron este país. No estamos jugando un juego. No nos importa pagar el costo político de hacer lo que hay que hacer porque nuestro objetivo es solucionar los problemas de los argentinos y no perpetuarnos en el poder”.

La vieja política que se niega a desaparecer

Entonces, el modelo del cambio que la mayoría del pueblo argentino votó en las urnas, se enfrenta a quienes no entendieron y no reaccionan y les duele no haber logrado lo que Milei consiguió y vamos a los ejemplos.

La Unión Cívica Radical (UCR) que está presidido por un exdirigente kirchnerista y exministro de Economía de Cristina Kirchner, el inexpresivo y malhumorado Martín Lousteau. Algo impensado en el viejo partido de Arturo Illia y Raúl Alfonsín que termina siendo – sin quererlo o no –  un gran aliado del kirchnerismo y se desdibuja votando en conjunto con los que destrozaron la economía del país.

Elisa “Lilita” Carrió de la coalición Cívica ARI, una denunciante contumaz de todo lo que se le pone por delante sin terminar nada de lo que comienza. Ciclotímica, que hoy dice estar apoyando a un sector y mañana se ofende por cualquier motivo; se aparta y pasa a ser opositora. Una forma de hacer política ya perimida. Una antigüedad en todo sentido, pero que igual no deja de hacer daño, ahora enfrentada a Milei.

Del kirchnerismo y la corrupción ya sabemos como se manejan y ahí están en curso los juicios y La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, un personaje de una muy baja capacidad intelectual que solo sigue las indicaciones de su mamá, la expresidenta y esperar que hable de soluciones para los trabajadores, sería algo imposible ya que nunca trabajó en su vida y su formación viene de ser un experto en juegos con la PlayStation.

Luego está la izquierda de muy pocos votos, que no es opción de cambio porque a la hora de votar una ley lo hacen levantando la mano junto a los kirchneristas.

A esto, se enfrenta Milei.