
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, anunció este 8 de enero otro estado de excepción que otorga permiso a las Fuerzas Armadas para intervenir en las cárceles del país latinoamericano tras la fuga de un cabecilla criminal y algunos amotinamientos.
El objetivo de este estado de excepción es “recuperar el control de los centros de privación de libertad que se ha perdido en los últimos años”, aseguró el mandatario, que lleva menos de dos meses en el cargo.
“Se acabó el tiempo en el que los condenados por narcotráfico, sicariato y el crimen organizado le dictaban al Gobierno en turno qué hacer”, advirtió Daniel Noboa, quien en su campaña prometió acciones concretas para acabar con la inseguridad imperante en la nación, que se coló incluso en los comicios presidenciales, dejando a un candidato asesinado: Fernando Villavicencio.
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Con esta decisión, que se aplicará durante 60 días, se suspenden los derechos a la libertad de asociación, inviolabilidad de domicilio, inviolabilidad de correspondencia en las cárceles y la libertad de tránsito entre las 11 de la noche y las 5 de la mañana.
El estado de excepción fue declarado luego de la fuga de unos de los criminales más importantes de Ecuador: Adolfo Macías, alias Fito, jefe de la banda criminal Los Choneros.
La presunta fuga de Fito, quien cumplía una sentencia de 34 años de prisión por varios delitos como narcotráfico, delincuencia organizada y asesinato, se habría dado la madrugada del 7 de enero, horas antes de la realización de un operativo que tenía como objetivo trasladarlo hacia el centro carcelario conocido como La Roca, dijo Roberto Izurieta, secretario de Comunicación de la Presidencia de Ecuador.
Las autoridades ecuatorianas también confirmaron que hubo motines en tres centros penitenciaros, pero no es la primera vez que sucede: el año pasado, el expresidente Guillermo Lasso debió lidiar con el mismo problema. (Sputnik)
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