Combustible hecho de botellas: innovación en el reciclaje de plástico

Investigadores del Centro Científico de Tomsk de la Rama Siberiana (SB) de la Academia de Ciencias de Rusia (RAS) han sintetizado carburos de titanio (compuestos valiosos que se utilizan para impartir resistencia a las aleaciones de aluminio) a partir de botellas de plástico y polvo de titanio. El subproducto de la reacción fue una mezcla de gases con altas concentraciones de hidrógeno (46%) y CO2 (37%). Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Green Chemical Engineering

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La foto procede de buttylka.ru.

Artículo publicado en Global Energy.-

“Cada año se producen en todo el mundo alrededor de 300 millones de toneladas de diversos productos plásticos, y sólo el 12% de los residuos plásticos se reciclan”, dijo Alexey Matveev, investigador junior del Laboratorio de Activación Física, según cita el Centro Científico SB RAS de Tomsk. En un intento por encontrar una nueva forma de reciclar plástico, los autores del estudio trituraron botellas de tereftalato de polietileno (PET) en escamas de hasta 1 cm de tamaño y las mezclaron con polvo de titanio en diferentes concentraciones de plástico. Las mezclas resultantes se colocaron por turnos en una cámara de vacío de alta temperatura, provocando una reacción con liberación de energía térmica. Los mejores resultados se obtuvieron con mezclas cuyo contenido de plástico osciló entre el 33,3% y el 45%.

Los autores del estudio estiman que la nueva tecnología reducirá el coste de síntesis del carburo de titanio, que puede costar hasta 4.000 rublos por 1 kg. La mezcla de gases que es un subproducto de la reacción se puede utilizar como combustible de respaldo para quemadores de gas infrarrojos y motores rotativos.

Anteriormente, los científicos de la Universidad de Manchester lograron obtener hidrógeno mediante el reciclaje paso a paso de plástico. Inicialmente, los desechos plásticos se trituraban en trozos del mismo tamaño, que se colocaban en una cámara libre de oxígeno, donde se fundían a altas temperaturas. Como resultado, el plástico se evaporó y se convirtió en gas de síntesis: una mezcla de metano, hidrógeno y una pequeña cantidad de monóxido de carbono. Luego, el gas de síntesis se envió a la cámara de secado para limpiar los residuos inertes que no representaban más del 5% del volumen original de desechos plásticos. La materia prima así obtenida tenía el mismo poder calorífico que el gas natural y podía utilizarse tanto para la generación de electricidad como para la producción de hidrógeno mediante reformado con vapor.