El Instituto Nacional de Migración (INM), en colaboración con diversas instituciones, ha llevado a cabo dos impresionantes operativos en los cuales se rescató a un total de 303 migrantes extranjeros que se encontraban en condiciones deplorables, hacinados en las cajas secas de un camión de carga tipo torton y de un tractocamión.
El primer caso tuvo lugar en el kilómetro 150 de la carretera Orizaba-Puebla, durante un riguroso operativo de verificación. Al inspeccionar la caja de carga del vehículo, las autoridades se encontraron con la angustiante escena de 107 personas provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador, Cuba y Nicaragua. Este grupo estaba compuesto por 37 adultos, 20 menores de edad no acompañados y 21 núcleos familiares, sumando un total de 50 personas.
Pero la labor del INM no terminó ahí. En una segunda inspección migratoria y conteo en un tractocamión que se encontraba estacionado de manera irregular en un camino cercano a Fortín de las Flores, se descubrió a otros 196 migrantes en condiciones igualmente alarmantes. De ellos, cinco adultos eran de Guatemala y otros cinco de la India. Entre los rescatados había 19 niñas, niños y adolescentes no acompañados, mientras que los 167 restantes se encontraban en 70 núcleos familiares.
Estas situaciones evidencian la cruda realidad a la que se enfrentan los migrantes en su búsqueda de un futuro mejor. Condiciones de hacinamiento, falta de ventilación y extremas temperaturas ponen en riesgo su salud y bienestar. Además, el hecho de que haya menores de edad no acompañados expone a estos individuos a situaciones de vulnerabilidad aún mayores.
El INM, en su labor humanitaria, ha brindado asistencia médica y apoyo a todos los migrantes rescatados. Además, se han iniciado las investigaciones pertinentes para identificar y detener a los responsables de estas redes de tráfico de personas, quienes se aprovechan de la desesperación y vulnerabilidad de los migrantes.
Este preocupante suceso pone en relieve la necesidad de abordar de manera integral la problemática migratoria. Es imperativo trabajar en conjunto con los países de origen y destino para atender las causas subyacentes que impulsan a las personas a dejar sus hogares en busca de una vida mejor. Asimismo, se deben fortalecer las vías legales y seguras para la movilidad humana, evitando que los migrantes sean presa de traficantes sin escrúpulos.