Exclusivo ICN Diario por Fernando Portillo.-
El sábado 16 de junio de 1984 retornaba a Uruguay el líder del Partido Nacional, Wilson Ferreira Aldunate, luego de 11 años de exilio. El viaje desde Buenos Aires a Montevideo se realizó en el histórico vapor de la carrera, “Ciudad de Mar del Plata II”, que llegaba a cargo de Raúl Vallarino.
Hay unas historias que se cuentan en su libro: “Wilson la travesía, testimonios del regreso” y tres que contaremos a continuación.
Historia I
El operativo de abordaje al buque Ciudad de Mar del Plata II, por parte de los militares para detener a Wilson y a su hijo Juan Raúl, pretendió cubrir todos los aspectos relativos a la seguridad y protección del personal naval interviniente y principalmente la del caudillo blanco.
Se acondicionó el guardacostas ROU70, se embarcó y preparó a la dotación de abordaje – los que concurrirían a detenerlo-, buzos de rescate, personal de comunicaciones, Ingenieros de máquinas, tripulación de la ROU 70 reforzada y armada y un médico y enfermero que también embarcarían.
Había niebla, la mañana era fresca y húmeda cuando la ROU 70 se acercó a la popa del buque de pasaje que transportaba a Wilson, para amadrinarse – juntarse – a la misma a efectos de que la ¨dotación de presa¨ encabezada por el Prefecto del Puerto de Montevideo, junto con el personal medico pudieran abordar la embarcación.
Realizada la maniobra, el personal designado embarcó en la primera cubierta de popa del Mar del Plata, se escuchaba a los pasajeros cantar el himno nacional, cuando todos los marinos quedaron paralizados por un estruendo desconocido.
Todos miraron atrás y vieron una valija de madera pintada de blanco con una cruz roja en el piso, abierta, pero de un tamaño fuera de lo normal y cientos de medicamentos rodando por toda la popa, el enfermero de rodillas trataba de atajar los mismos desesperadamente sin éxito y repetía:
- Fue mi culpa, fue mi culpa…
Se dispuso inmediatamente que el enfermero y su gigantesca valija sanitaria volvieran al guardacostas y esperaran órdenes en el mismo.

Historia II
El mando naval quería que todas las comunicaciones desde el Comando de la Armada Nacional la ROU 70 y el Ciudad de Mar del Plata fueran encriptadas.
Para ello se contaba con equipos muy antiguos propiedad de la Fuerza de Mar.
A dichos equipos, técnicos electrónicos, le habían adaptado partes modernas para una mejor comunicación.
Se llevaron a cabo antes de la llegada de Wilson once pruebas de comunicaciones desde la 70 navegando y el Centro de Control Marítimo del Puerto de Montevideo, solo una de ellas logro sonido, pero el idioma que se escuchaba era parecido al chino o coreano.
De igual forma, aunque no funcionaba, la ¨dotación de presa¨ recibió órdenes de llevar el pesado y antiguo aparato.
Las comunicaciones se realizaron por los canales marinos habituales de VHF, todas las embarcaciones tanto comerciales como deportivas escucharon todas los llamados . En esos años no había celulares.

Historia 3
Cuando el Ciudad de Mar del Plata II estaba por ingresar al Puerto de Montevideo, cumpliendo el protocolo de la detención de Wilson y Juan Raúl, uno de los oficiales de la ‘dotación de presa” de la Prefectura Naval, en presencia de los antes citados, debía revisar sus pertenencias. Finalizado dicho control se le solicita a Wilson que llenará un formulario en el que tenía que estampar de puño y letra como había sido el trato recibido por el personal naval en dicho hecho.
Wilson escribe que el trato recibido por los oficiales actuantes fue correcto y firma.
Antes de entregar el documento al Oficial le dice en voz baja: “No puse nada más elogioso porque si lo ve el Goyo (Álvarez) vas a tener muchos problemas”.