A 51 años del asesinato del gran científico uruguayo, Dr. Julio Federico Morato Manara, muerto por los tupamaros el 4 de mayo de 1972, en su domicilio cuando los terroristas intentaron robarle. Uruguay vivía en esos años en democracia.
El eminente y reconocido científico se resistió al ataque de los tupamaros y se trabó en lucha con los guerrilleros quienes le dispararon a quemarropa sin ningún reparo. Murió en el lugar ante su esposa mientras los asesinos se dieron a la fuga.
Por él, ni la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tan sesgada siempre, que emite sentencias a favor de “ex presos políticos”, donde en varios casos tienen delitos de sangre y tampoco la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) de Uruguay, mencionan una sola palabra en esta fecha.
Para la CIDH y el INDDHH, existen uruguayos de primera y segunda clase y estos últimos – víctimas de la guerrilla urbana – no tienen ningún derecho.