Si hoy gobernara en Argentina otro partido político que no fuera el kirchnerista, las manifestaciones públicas serían imparables, con protestas diarias y las exigencias con la gente volcada en las calles.
Como nunca, la economía ha llegado a un punto límite, con una inflación que en abril de 2023 llegó al 108,8%, 4,5 puntos superior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 8,4%, por lo tanto, la inflación acumulada en 2023 es del 32%.
El dólar blue subió 0,41% y cerró este martes a $492,00. La brecha con el dólar oficial asciende al 100,4%.
En el 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, el hoy presidente de los argentinos, Alberto Fernández, se horrorizaba en Twitter porque el dólar había subido a $ 21,15 y hablaba de “incendio”. ¿Qué puede decir ahora con el dólar a $492? Nada, por supuesto; silencio absoluto.
Mientras el país se le incendia y la pobreza crece, el mandatario ordena gastos exorbitantes para llenar con cortes de carne costosos, la despensa de la residencia presidencial.
La inefable ministra de Trabajo, Kelly Olmos, viajará a Ginebra con una comitiva de ocho funcionarios, cuatro dirigentes sindicales y dos empresarios, a la Conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo. Una beca soñada con todos los gastos pagados por el Estado y un premio que explica por qué los sindicatos no protestan por las condiciones laborales, los bajos salarios, el continúo aumento de los precios de la canasta familiar y el cierre de comercios e industrias, obligados por la crisis económica.
Basta ver, como ejemplo, al sindicalista y dirigente gremial argentino, Roberto Baradel, actual Secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) y recordar cuántos paros le hizo Baradel al gobierno de Mauricio Macri en su gestión: ordenó 62 huelgas de maestros. ¿Y al de Alberto Fernández y Axel Kicilof en la provincia de Buenos Aires cuántos paros?: CERO, a pesar de que hoy las condiciones económicas son peores a las de esos años y los docentes con sus magros salarios no llegan a fin de mes.
Entonces, lo que dije al principio de este artículo: si hoy gobernara otro partido, las protestas habrían paralizado al país.