El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha lamentado la crisis social y política que vive Haití en la actualidad, asegurando que la violencia generada por las pandillas, que matan, violan y saquean en un número creciente de barrios del país, se ha tornado cada vez más complejo.
En este sentido ha especificado que en la ciudad capital las bandas armadas depredadoras controlan el acceso al agua, alimentos, salud y combustible, proliferan los secuestros; se impide que los niños vayan a la escuela o los recluta para perpetrar violencia.
“Desde julio, las pandillas han estado perpetrando un clima de terror casi permanente, incluso empleando francotiradores para disparar indiscriminadamente contra las personas”, ha especificado.
Las declaraciones las ha realizado luego de una visita oficial de dos días a la isla, donde ha relatado y descrito por medio de un informe focalizado en la violencia producida en varias partes de la región de Cité Soleil de Port-au-Prince, donde se percibe el drama de miles de haitianos quienes ven día a día el precipicio por la ventana debido a la crisis humanitaria, política y de derechos humanos en el país.
“En solo un barrio de Brooklyn, en medio de la violencia de las pandillas, al menos 263 personas murieron, 285 resultaron heridas y cuatro desaparecieron entre el 8 de julio y el 31 de diciembre de 2022. Hemos documentado violaciones y violaciones en grupo de mujeres y niñas, destrucción y saqueo de viviendas y el desplazamiento de personas de sus hogares”, ha dicho.
Ante esto ha detallado que para ejercer el control territorial de los barrios las pandillas utilizan una variedad de armas, al tiempo de ejercer presión y miedo sobre los civiles. Se estima que unas 200 bandas operan alrededor de Haití, en la capital pero también extendiéndose en las regiones del centro y norte del país, como los departamentos de Artibonite y Norte.