La política energética latinoamericana prioriza el nivel de vida por encima de la transición energética

“Los programas energéticos de nuestros países deben orientarse no sólo a la implementación de la transición energética y la diversificación de las fuentes de energía, sino al desarrollo social y económico ya la mejora del nivel de vida de las personas”, dijo Alfonso Blanco, secretario general de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE)

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El principal objetivo de los programas energéticos implementados en América Latina no es la transición energética y la diversificación de las fuentes de energía, sino asegurar un mayor nivel de vida social y económico para los ciudadanos, afirmó Alfonso Blanco, secretario general de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE). en su intervención en la primera conferencia del ciclo Regional to Global que se desarrolla en Punta del Este, Uruguay.

“Los programas energéticos de nuestros países deben orientarse no sólo a la implementación de la transición energética y la diversificación de las fuentes de energía, sino al desarrollo social y económico ya la mejora del nivel de vida de las personas”, dijo .

La solución clave a esto es asegurar la accesibilidad de las fuentes de energía para el público. “Hace apenas 20 años más de 60 millones de habitantes de América Latina no tenían acceso a la energía. Ahora este número bajó a 16 millones”, explicó Blanco.

Solo en Haití, 6 millones de personas (60% de la población) aún no tienen acceso a la electricidad. “Haití es una evidencia de la gran brecha en el desarrollo de nuestros países” , dijo.

Según Blanco, la disponibilidad de importantes reservas de petróleo y gas es el principal factor que sustenta el progresivo desarrollo económico y social y la mejora del nivel de vida de los pueblos de América Latina. Por eso, la mayoría de los países de esta región no pueden dejar de usar petróleo y gas de la noche a la mañana.

“Los ingresos presupuestarios por la venta de petróleo alcanzan el 20% en Brasil, y más del 40% en Venezuela, donde en ciertos años llegaron hasta el 60%, estos ingresos constituyen el 10% en Colombia y en promedio el 13% en México. Por eso, si dejar de usar el petróleo de la noche a la mañana, significaría la negativa de los ingresos presupuestarios y, respectivamente, de nuestras oportunidades de desarrollo” , agregó.

Tal enfoque no significa que los países latinoamericanos que representan alrededor del 5% de las emisiones globales de СО2 no establezcan los objetivos de protección del medio ambiente y observancia de la agenda climática. Pero estas metas deben ser implementadas paso a paso y deben ser contabilizadas desarrollando los programas de redistribución del gasto público y reorganizando el sistema de ingresos presupuestarios tributarios.

La primera conferencia del ciclo Regional to Global está dedicada al papel de América Latina en el sector energético, así como al potencial del uso de fuentes de energía limpia en toda la región. Sergey Brilev, presidente de Global Energy, se convirtió en el moderador de la primera sesión.