El aberrante crimen de Lucio Dupuy y el asesinato de una mujer policía en Argentina: el silencio feminista

EDITORIAL

0
598
La pareja de novias imputadas del horrendo asesinato: Abigail Páez y Magdalena Espósito

“Comunistas hasta que se enriquecen.
Feministas hasta que se casan.
Ateos hasta que el avión empieza a caer”.
Facundo Cabral

Dos asesinatos que conmueven; indignan y provocan el rechazo de una sociedad que condena cualquier forma de violencia. ¿Pero son todos los que se sienten solidarios con las víctimas?.

El espantoso crimen de Lucio Dupuy, un niño de cinco años asesinado por su madre, Magdalena Espósito Valenti y la novia, Abigail Páez, ha conmocionado al país.

Los victimarias le hicieron padecer mil sufrimientos al niño, golpizas constantes y abusos sexuales que provocaron su muerte en medio de un entorno de depravación de ambas mujeres.

Fueron condenadas el pasado viernes a prisión perpetua y según determinó el tribunal, las dos mujeres participaron de la golpiza mortal y el nene recibió puñetazos, patadas y palazos, además de un pisotón en la espalda por parte de Páez (que se pudo determinar por la marca que dejó su zapatilla), el cual le provocó lesiones internas.

De acuerdo con los peritos, la causa de la muerte de Lucio fue un edema cerebral como consecuencia de politraumatismos.

A esto se suma la imperdonable actitud de una jueza de La Pampa, Ana Clara Pérez Ballester, que inexplicablemente, sin ninguna investigación socioambiental le entregó la custodia del menor a la pareja de mujeres, quitándolo del cuidado del padre y los abuelos paternos, donde Lucio era feliz.

Los chats de la pareja de mujeres, que están en las actas del juicio son reveladores:

El 18 de octubre pasado, la madre de Lucio le dice a su novia: “A mi me encantaría que nosotras volvamos a estar solas como en Córdoba. Y si Lucio impide que nuestra relación fluya yo no lo voy a permitir. Porque no me importa tanto como vos. Y si lo defiendo o me pongo en el medio a veces es solo porque tiene 5 años y no puede defenderse solo”

Y agrega: “Me gustaría poder hacerlo desaparecer”. A lo que su novia le respondía: “Ja, si lo habré pensado”.

Según cuenta Clarín,Ramón Dupuy, el abuelo del niño denunció que nadie se comunicó con ellos para ver cómo estaban a más de un año del hecho.

“Ninguno del feminismo, del colectivo verde, ni nadie, ni de los Derechos Humanos, ni del Gobierno mismo, ningún organismo tuvo la gentileza de llamar por teléfono y preguntar cómo estamos, jamás”, lanzó Ramón, el abuelo, en una entrevista con el programa “Posnormalidad” que se emite por Neura Media.

Y se preguntó, con énfasis: “¿No son capaces de levantar un tubo y preguntar cómo está la familia? ¿Dónde están los derechos humanos de Lucio?“. El abuelo de Lucio dijo que las acusadas son parte del “feminismo radical, que mata al macho por ser macho”, y sostuvo que “a Lucio lo matan porque es varón“.

¿Dónde estaban entonces el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti y la Ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina?

“Ni una menos”, es el eslogan de los colectivos feministas, pero asesinan a una mujer policía y guardan silencio

Maribel Zalazar, era una abnegada mujer policía y fue asesinada mientras cumplía su función en la Policía de la Ciudad en al unidad que resguarda la seguridad del subterráneo de Buenos Aires. Sin embargo, el martes pasado por la mañana, Oscar Valdéz, el asesino, le robó el arma, le disparó y huyó de la estación Retiro descartando la pistola a la salida de la estación de subte, mientras la oficial le alcanzaba un vaso de agua porque el agresor se había descompensado.

El asesino fue detenido por la policía,mientras que Maribel fue trasladada de urgencia y en helicóptero al Hospital Churruca en donde horas más tarde murió por las heridas recibidas. Dejó dos hijos pequeños.

El eslogan “Ni una menos” no se utiliza en este caso por los colectivos feministas para protestar por la violencia machista y guardan un ignominioso silencio ante esta tragedia.

Tal vez porque la que murió es una mujer policía que fue asesinada en el cumplimiento de su deber, el de proteger a una sociedad, que lamentablemente en este caso, desde los colectivos feministas, miran para otro lado.