Por Paco Tilla (el Defensor del perro).-
Un cachorro de poco menos de un año, “Coco”, llegó a Buenos Aires con su dueño, el deportista argentino Franco Gavidia, que retornó al país luego de salir de apuro de Hungría por los graves efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Pero tras pasar 48 horas entre aeropuertos y vuelos, llegaron a Ezeiza y se encontraron con un inesperado y devastador panorama. Las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), no dejan ingresar a Coco al territorio por faltarle una aplicación de la vacuna antirrábica, recientemente vencida y por ello intiman al dueño para que Coco sea deportado o sacrificado. Gavidia y su familia están desesperados y piden ayuda para que no sea ese el destino de su perrito, el cual alegan es parte de su familia.
“Me tratan como a un delincuente”, contó Gavidia a Mediodía Noticias y desde el Senasa le proponen la eutanasia o deportarlo.
El dueño del animal, pidió un lugar para que pudiera hacer una cuarentena y vacunarlo, pero la directora del Senasa le negó esas posibilidades.
Coco está sano y merece ser revisada la autorización para salvarlo.
¿Y si fuera el perro del presidente Alberto Fernández?
Opino que si fuera Dylan, el perro del presidente Alberto Fernández, ya estarían buscando todos una solución para salvarlo, como hicieron hace pocas horas para evitarle el juicio al mandatario por violar la cuarentena del coronavirus, en plena pandemia, con la fiesta clandestina del cumpleaños de la primera dama.
Con un poco de humor, creo que nadie habría pedido deportar al presidente argentino y menos sacrificarlo, por los contagios que pudo provocar con su fiestita ilegal en la residencia de Olivos, cuando arreciaba la pandemia
Tampoco se justificaría que se pidiera lo mismo (deportación o sacrificio), para los que se robaron las vacunas contra el covid-19 y se inocularon antes que la población de riesgo en Argentina.
¡Salven a Coco!
Cómicos: en el Senasa lo quieren devolver a Hungría para que allí lo vacunen
En un comunicado el Senasa exporne: Frente a este incumplimiento se informó al pasajero que viajaba con el animal, del procedimiento y la necesidad de que vuelva al país de origen para completar la documentación faltante. Asimismo, mientras se trabajó en la tramitación de su retorno con la línea aérea, -que se realizaría en el día de hoy-, desde el Senasa se avanzó en poner al perro en custodia dentro del aeropuerto, hasta que se resuelva su regreso a origen, salvaguardando su bienestar, brindándole los cuidados y el alimento necesario.
No mencionan que la otra solución que tiene el Senasa es matarlo.