El presidente argentino Alberto Fernández encabezó este jueves, junto al ministro de Educación, Jaime Perczyck, la apertura de la III Reunión Regional de Ministras y Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería argentina, cuyo objetivo central es favorecer la cooperación regional en esa materia.
Como de costumbre, la desubicación de Alberto Fernández volvió a generar polémica, porque en su rara percepción de la realidad, utilizó este encuentro de la educación regional para mostrar una vez más su escaso apego a la democracia, al salir a defender a los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Fernández, cuyas emociones parecen estar al límite de lo normal, introdujo un tema ajeno a la reunión al hablar de la futura Cumbre de las Américas y de los tres países que no están invitados por no defender los valores democráticos.
“Yo me pregunto si en verdad no deberíamos unir voces para decirle al norte: “¡Paren!”, dijo, e hizo referencia a la dictadura de Cuba, “En nuestro continente tenemos un país que lleva 6 décadas bloqueado económicamente y sobrevive como puede; deberíamos estar muy avergonzados de que eso ocurra”, pero Fernández no recordó que la democracia allí no existe con la imposición de un partido único y donde la libertad de expresión esta severamente prohibida.
“También tenemos un país que está bloqueado hace 5 años por una disputa política y en plena pandemia lo bloquearon, cuando la solidaridad era más necesaria que nunca”, expresó en su desvarío al defender el autoritarismo brutal de Nicolás Maduro.
Pretendió involucrar a los otros países que estaban allí por otra cosa, para debatir sobre el tema educativo: “¿Cuánto tiempo más vamos a ser cómplices con nuestro silencio?”, preguntó Fernández y agregó: “¡No me callo más! Lo que digo acá, lo digo en el norte; sería maravilloso que se sumen a mi voz”, concluyó.
Pero nadie respondió a su desmedido discurso.