«Quod natura non dat, Salmantica non præstat».-
La falta de inteligencia del presidente del PP, Pablo Casado, parece llevar al partido barranca abajo, porque sus ambiciones personales, priman sobre el interés del colectivo.
Celoso del ascenso de Isabel Díaz Ayuso y de la aceptación que genera a nivel nacional la presidenta de la Comunidad de Madrid, Casado se revuelca en el lodo y demuestra que puede ser bueno dando discursos, pero de muy pocas luces a la hora de estar al frente del PP.
Si se dice que Pedro Sánchez tiene una ambición desmedida, ya probada, para mantenerse de cualquier forma en La Moncloa, Casado, de escasa visión de futuro, es capaz de intentar hundir a sus compañeros para que nadie le quite su trono.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha acusado a su propia formación política de intentar fabricar un escándalo de corrupción en su contra para desprestigiarla.
“Lo que está haciendo conmigo Casado es lo peor que se puede esperar de los políticos”, ha dicho Ayuso durante una comparecencia ante los medios de comunicación. “Nunca imaginé que mi partido iba a actuar de un modo tan cruel contra mí”, ha expresado asegurando que entiende que la oposición la ataque, pero que no es normal que esos ataques procedan de la dirección de su partido.
“No puede haber cosa más grave que acusar a alguien de la propia casa con responsabilidades de Gobierno sin pruebas de corrupción”, ha expresado Ayuso.
En su presentación ante los medios, Ayuso ha acusado directamente al presidente del Partido Popular, Pablo Casado, de encontrarse detrás de las informaciones sobre la presunta concesión de contratos de forma irregular en el Gobierno de Madrid.
Pero también es fácil reconocer que Pablo Casado, carece del carisma necesario que arrastre a los militantes del Partido Popular detrás suyo y ya lo ha demostrado al quitar a una de las mejores portavoces que ha tenido su formación en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo.
Con su escaso nivel intelectual, Casado se está cargando al PP y eso le agradecen desde el PSOE, que no ve un rival de fuste que les pueda arrebatar el poder.
Pablo Casado ha llegado a un punto sin retorno; solo le queda dimitir junto a su “monje gris”, Teodoro García Egea, piden los militantes del PP.
