Lo del kirchnerismo ya es una “apropiación indebida” de los valores de la sociedad argentina. La Plaza de Mayo es de ellos, porque lo decidieron desde el gobierno y convocan a un acto por la democracia este viernes 10 de diciembre, sin invitar a la oposición; pero eso si, llevan a Lula y a Mujica. La democracia y los derechos humanos son sólo del kirchnerismo, aunque se olviden de las violaciones a esos derechos humanos de los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, gobiernos a los que Alberto Fernández y Cristina Kirchner, se niegan a cuestionar.
Mientras más de 18,4 millones de personas son pobres en la Argentina, el kirchnerismo festeja. Los datos de la Universidad Católica de Argentina (UCA), indican que 43,8% de los argentinos no llega a cubrir sus necesidades.
El relevamiento de la UCA muestra un empeoramiento en la cantidad de niños y adolescentes (hasta 17 años) que viven en hogares pobres. A octubre pasado, ese dato era 64,9% por encima del 2020 (64,6%).
La pandemia y el gobierno
Este jueves el Ministerio de Salud confirmó 3.089 nuevos contagios y 23 muertes por Covid-19 y la cifra asciende a 116.703 fallecidos por la pandemia; pero el kirchnerismo festeja.
En abril del 2020, el presidente Alberto Fernández dijo en una entrevista: “Prefiero tener el 10% más de pobres y no 100 mil muertos en la Argentina”.
Agregó que “no podría vivir en paz sabiendo que ocurren muertes evitables” por no tomar las medidas necesarias frente a la pandemia. “No quiero pensar qué sería de mi conciencia si dejara que murieran 40 mil personas. No duermo más, no vivo más en paz. Eso no fue nunca un dilema, nunca dudé de eso”, afirmó.
Hoy, con casi 117.000 muertos por coronavirus, uno imagina que el presidente no debe dormir y menos estar dispuesto para festejos con los altos índices de pobreza en el país, pero, parece que al mandatario la situación no le quita el sueño.
La fiesta clandestina en Olivos
Todo lo que ocurre en el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner es surrealista.
La fiesta clandestina con invitados que autorizó en la residencia presidencial de Olivos, para festejar en plena pandemia y en cuarentena obligatoria el cumpleaños de su pareja, Fabiola Yáñez, no fue un desliz o un error como dijo el mandatario; fue algo consciente.
Luego de decir públicamente: “El 14 de julio mi querida Fabiola convocó a una reunión, a un brindis, que no debió haberse hecho. Me doy cuenta que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido”, aseguró Fernández dejando la impresión que la culpable del desatino era su mujer y no él; como diciendo: “no fui yo, fue ella”.
Ante las críticas por no afrontar su responsabilidad, Fernández volvió a señalar, “efectivamente, en la pandemia, por un desliz, por un descuido, se organizó una comida en Olivos que no debió haberse organizado”, mientras el resto de los argentinos era severamente amenazados por el presidente si no cumplían con las normativas sanitarias: “Se terminó el tiempo de los vivos, acá estamos hablando de la salud de todos los argentinos. Y si no lo entienden por las buenas, deberán hacerlo por las malas: explicando su conducta frente a un juez”, aseveró Alberto Fernández.
Y es ante un juez donde el presidente y la primera dama deben responder por la fiesta clandestina que organizaron con invitados en medio de la pandemia.

Surrealista: la primera dama para evitar el juicio ofrece comprar un respirador
Para evitar el juicio por la fiesta VIP en Olivos, el abogado de la primera dama Fabiola Yañez, dijo que están evaluando una reparación compensatoria, consistente en la compra de un respirador por haber celebrado su cumpleaños en la Quinta de Olivos, en momentos que regían estrictas restricciones por la pandemia.
Claro, ya nadie habla del “vacunatorio VIP”, donde políticos del gobierno kirchnerista y sus familias y amigos, se vacunaron antes que la población de riesgo en medio de los estragos del coronavirus.
Pero a pesar de todo, el kirchnerismo cree que hay que festejar y por lo tanto sigue la fiesta.