Análisis: Maduro quiere crear una “oposición a su medida” para la farsa de negociación en México

El Foro de San Pablo y los servicios de inteligencia cubanos, detrás de las protestas de desestabilización en países de América Latina. Desde Cuba le indicaron a Maduro como debe "armar" una mesa de negociación con opositores falsos que le permitan seguir en el poder

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Maduro y Cabello con el garrote, el símbolo del régimen chavista

Maduro ya ha tenido muchas “mesas de negociación” fallidas, pero no por falta de interés de la oposición venezolana, sino porque al régimen chavista no le sirve hacer concesiones de ningún tipo, como tampoco a realizar elecciones libres y democráticas, sin proscriptos y con observadores internacionales serios, ya que eso significaría su derrota segura en las urnas.

En Venezuela no existe la independencia en los poderes del Estado, como indica la Carta Magna, el Poder Ejecutivo a cargo de Maduro, domina y ordena sobre el Poder Legislativo y el Poder Judicial.

La detención de importantes miembros de la oposición se contrapone con la presunta mesa de diálogos que el chavismo anuncia se realizaría en México.

Fuerzas de seguridad del oficialismo venezolano arrestaron la tarde del lunes al diputado electo en 2015 y dirigente nacional del partido Voluntad Popular, Freddy Guevara, y uniformados intentaron -en vano- hacer lo propio minutos luego con Juan Guaidó, a quien 50 gobiernos consideran presidente interino del país.

Según informa VOA, el accionar policial contra ambos líderes opositores en Caracas ocurre en momentos en que era inminente el anuncio oficial de un proceso de diálogo entre Maduro y sus opositores, con la mediación de actores internacionales, como el Reino de Noruega. Las negociaciones se materializarían en México a partir de agosto, según refirieron fuentes políticas a la prensa local.

José Vicente Carrasquero, profesor de Ciencias Políticas en las universidades Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, valora esos hechos como parte de un proyecto pensado por el oficialismo venezolano para afectar el curso de las negociaciones políticas de alto perfil y la unidad de su oposición.

“Desde hace varios años, Maduro ha estado tratando de construirse una oposición a la medida. Lo que él quiere llevar a México es su propia oposición, que es la que le ha venido acompañando en los eventos electorales que se han realizado en Venezuela y que no cuentan con respaldo ni reconocimiento de la comunidad internacional”, expone el analista.

Carrasquero se refiere a un grupo de dirigentes políticos que formaban parte hasta el año pasado de partidos prominentes de la oposición venezolana, como Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular, que disintieron de las estrategias opositoras y lograron acuerdos electorales y políticos con Maduro.

Miembros de ese grupo, como los diputados José Brito, Luis Parra y Bernabé Gutiérrez, participaron horas luego del arresto de Guevara en una reunión televisada entre Maduro y la llamada comisión de paz, diálogo y reconciliación del Parlamento electo en diciembre, de mayoría oficialista.

Según Carrasquero, el mandatario venezolano recurre a estrategias semejantes a las aplicadas por el gobierno cubano, uno de sus principales aliados regionales, para condicionar la composición de la delegación opositora que iría a México.

“Maduro busca unos políticos que lo reconocen como presidente, que reconocen todas las tropelías que ha realizado como legítimas, y son los que quiere llevar a México, porque, en la medida en que los tiene, puede tratar de presentarse ante el mundo como un demócrata que quiere diálogo”, considera.

El presidente venezolano ratificó el lunes su disposición de enviar delegados a dialogar en México, pero condicionó su participación en las negociaciones a que sus opositores “renuncien a planes violentos” contra su gobierno.

La exigencia se suma a su lista tradicional de tres demandas para el diálogo con la oposición: que Estados Unidos levante sus sanciones económicas; que todos los involucrados lo reconozcan como presidente y también al resto de las instituciones del Estado venezolano, como el Parlamento electo en 2020; y que se liberen los recursos congelados a su poder ejecutivo en el exterior.

Maduro, sin embargo, sopesó la idea de incluir la petición de que participen en las negociaciones “todos los sectores políticos que quieran incorporarse”.

Enderson Sequera, director estratégico de la firma consultora Politiks, opina que las acusaciones del gobierno madurista contra dirigentes opositores guardan relación con las negociaciones políticas en ciernes.

Estima que el oficialismo “se adelanta un poco” a los frutos del diálogo a sabiendas de que ya se ha definido la fecha de inicio, la sede y la integración de la delegación opositora del lado de Guaidó y sus aliados partidistas.

“El chavismo ve que no va a ser posible un levantamiento unilateral de sanciones sin ceder nada significativo, como un cronograma de las presidenciales o las parlamentarias, o sin dar verdaderas condiciones electorales. Se adelanta al resultado e implosiona la mesa”, comenta.

Las recientes decisiones judiciales y policiales del gobierno venezolano buscan “implosionar todo” y desempolvar “la frustración y la desesperanza” entre sus opositores, coincide Luis Florido, dirigente del partido Voluntad Popular.

“El régimen hace todo esto porque sabe que la unidad se está articulando”, escribe el político en un artículo que compartió con la Voz de América. A su entender, Maduro desea que participen en las venideras elecciones regionales los opositores que dialogan y se entienden con él, a quienes llama “alacranes”.

“¿Le vamos a hacer el juego? ¿Nos salimos de la ruta planteada del acuerdo de salvación nacional y la conquista de mejores condiciones electorales? ¿Nos desmovilizamos? Yo creo que no. No nos dejemos llevar por el hígado”, apunta.

“División” y distracción

Sequera, el director de Politiks, indica que el arresto de Guevara, el intento de detención de Guaidó en su residencia en Caracas y las acusaciones oficiales de planes magnicidas contra un puñado de actores de la oposición “generan mayor división” entre los cuadros que detractan de Maduro. También, opina que podrían estar vinculados con las protestas masivas en Cuba para “distraer” la atención mediática sobre el gobierno de su aliado Miguel Díaz-Canel.

Carrasquero, por su lado, subraya los intentos reiterados de Maduro y sus voceros de “minimizar” la figura de Guaidó y advierte que habría entre la oposición venezolana quienes “les hacen el juego”. “Hay gente que quiere ver a Guaidó y Voluntad Popular liquidados porque, según ellos, eso aumentaría su posibilidad de éxito. Es una actuación suicida y miope”, advierte.

Maduro, el Foro de San Pablo y el servicio de inteligencia de Cuba

Maduro recibe instrucciones directas del servicio de inteligencia cubano que mantiene infiltrado a todos los sectores de las fuerzas armadas de Venezuela (FANB), con instructores que deciden por encima de los altos mandos militares venezolanos, pero eso no es todo, aparece el Foro de San Pablo en escena.

En octubre de 2019, Nicolás Maduro dio una pista clara sobre quién podría alentar las movilizaciones violentas en Ecuador y Chile, donde se producían protestas en las calles y ciudades de ambos países sudamericanos.

Maduro en un mensaje dijo: “Al Foro de San Pablo le puedo decir, desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan, va como lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden… Foro de San Pablo, el plan va en pleno desarrollo, victorioso. Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro las estamos cumpliendo una por una”, aseveró el chavista en forma pública.

El chavista agregó sobre el Foro de San Pablo: “Es la unión de los movimientos sociales, progresistas, revolucionarios, de toda América Latina, el Caribe y más allá del mundo. El Foro ha salido revitalizado, y así debemos seguir, articulando los partidos políticos progresistas”. En forma irónica acotó:  “Vamos mejor de lo que pensábamos, y todavía lo que falta… No puedo decir más, son secretos de super bigoteno puedo decir más”, pero dejó en claro que desde el Foro de San Pablo algo se tramaba, pero los hechos posteriores con las protestas armadas en Ecuador, Chile y Colombia, dejaron en evidencia los planes del Foro de San Pablo.

Los planes para desestabilizar en Chile y Colombia

¿Por qué la izquierda chilena, durante gobiernos socialistas, no exigió cambiar la Constitución heredada de Pinochet y apelaron a la violencia para exigírsela al actual gobierno de Piñera?

Desde el regreso a la democracia, pasaron por la presidencia de Chile varios mandatarios de izquierda -socialistas como Ricardo Lagos y Michelle Bachelet (en dos mandatos)- y a ninguno se le ocurrió consultar en un plebiscito si los chilenos estaban de acuerdo o no en redactar una nueva Carta Magna, tampoco los colectivos de izquierda se lo exigieron a sus presidentes afines.

El plebiscito llegó y se realizó luego de las violentas acciones emprendidas en 2019 por parte de colectivos de izquierdas con enfrentamientos que dejaron un saldo importante de víctimas por los desmanes producidos en protestas multitudinarias.

¿Había que apelar a la violencia para pedir cambiar la Constitución que dejó Pinochet? ¿Durante los gobiernos socialistas de Lagos y Bachelet, la Carta Magna pinochetista no molestaba y ahora si?.

Entonces hoy, al ver las felicitaciones en las redes de Maduro que dice: “Mi felicitación, reconocimiento y admiración al pueblo chileno que hoy se volcó a las calles y centros electorales para decidir el futuro de su Constitución y acabar con el pinochetismo”, o de Evo Morales diciendo: “Saludamos al pueblo chileno por la gran victoria en el plebiscito que dejará atrás la Constitución de Pinochet”. Luego de esto, muchos piensan si esto no pudo resolverse antes, con gobiernos izquierdistas de Chile, o es una decisión del Foro de San Pablo y/o el Grupo de Puebla, para conseguir con violencia lo que se pudo obtener en paz.

Vale recordar que la ONU, en octubre de 2015, durante el segundo mandato de la socialista Michelle Bachelet, (11 de marzo de 2014 – 11 de marzo de 2018), instó al Gobierno de Chile a eliminar ‘vestigios de la dictadura de Pinochet’ y nadie se molestó ni protestó para llamar a un plebiscito para cambiar la Constitución heredada del gobierno militar.

¿Quién incentiva la violencia en Colombia?

El 11 de mayo de este año, un informe de los servicios de inteligencia de Ecuador, reveló la intromisión en los disturbios de activistas chavistas, que incitan a la violencia en las protestas en Colombia y con manifestaciones programadas en el exterior, como se dieron este fin de semana en España.

El entonces presidente ecuatoriano Lenín Moreno, antes de finalizar su mandato constitucional, instó al gobierno de Nicolás Maduro a terminar con la “injerencia” en Colombia y permitir así la estabilidad en el país liderado por Iván Duque.

“El pedido es que Maduro saque sus manos sangrientas y corruptas de la democracia y de la estabilidad del pueblo colombiano”, manifestó el ahora exmandatario ecuatoriano tras participar como orador principal del foro “Defensa de la Democracia en las Américas” organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Miami.

Moreno admitió que tanto el servicio de inteligencia ecuatoriano como el colombiano han interceptado la injerencia venezolana en las protestas que se han llevado a cabo en algunas ciudades de Colombia para manifestar contra la reforma fiscal anunciada por Duque y que luego canceló ante la presión y el rechazo de la sociedad.

“Nuestro sistema de inteligencia, al igual que el sistema de inteligencia colombiano, porque hoy por la mañana conversé con el presidente Duque, detectó una injerencia grosera por parte del régimen dictatorial y autoritario de Nicolás Maduro”, confirmó el jefe del ejecutivo de Ecuador sobre esa cuestión.

En un doble juego, el senador izquierdista y exterrorista, Gustavo Petro, dijo que si Duque retiraba la reforma, no era necesario que la gente saliera a protestar, pero cuando la reforma tributaria fue retirada, Petro guardó silencio y no salió a pedir calma a los manifestantes.

Desde Colombia se informa que el régimen chavista, cuyos fuerzas armadas están infiltradas por el servicio de inteligencia de Cuba, que ordenan y dominan a los cuerpos de represión en Venezuela, son quienes actúan de Colombia incentivando la violencia en las protestas.

Analistas advierten que esto no se detiene y que el plan de desestabilización, por medio de protestas violentas, está previsto para otros países de América del Sur con gobiernos democráticos que no son afines a ideologías de izquierda.

R.V.