José A. Alem Deaces.-
Siempre digo que el fútbol no es sólo el más apasionante de los deportes, sino él, o uno de los más democráticos que existen.
El fútbol se practica en todos los continentes, en mayor o medida en todos los países, aún en los más pobres del mundo.
Es que se puede improvisar un arco con dos piedras, dos botellas, dos latas o dos buzos entre otras cosas.
Y si no se puede comprar la pelota más moderna, la de las marcas más conocidas, basta construir una casera con diarios o trapos.
Que es una forma de superación económica para ciertos deportistas, aquellos dotados naturalmente no es desconocido aunque lamentablemente su preparación educativa no vaya al mismo ritmo que sus habilidades deportivas.
Y si bien para estos pocos elegidos es un paso a convertirse en millonarios, para muchos miles es además de un deporte, un trabajo. Trabajo que lamentablemente tiene fecha de caducidad y del cuál no todos pueden reciclarse.-
Pero no es de esto que nos ocuparemos en este artículo, ni siquiera de esa satisfacción tan uruguaya de ganar angustiosamente con un gol en la hora en lugar de golear y ver el partido tranquilamente.-
Tampoco de las bromas que solemos jugar cuando nuestro equipo gana sobre todo a su clásico rival ni el enojo cuando el resultado es otro.
Eso es fácilmente visible o en el peor de los casos deducible.
Hoy queremos hablar del fútbol como industria sin chimeneas, tal cuál por ejemplo el turismo o el turf.-
Hace años un economista lamentablemente fallecido, Luis Stolovich, con la colaboración de Graciela Lescano y José Mourelle escribió un muy interesante libro que llamó “La cultura da trabajo”, en que estudió y analizó soberbiamente la incidencia de la cultura en el Producto Bruto Interno (PBI).
La incidencia era más del 1%
En estas épocas de pandemia, hemos escuchado que el turf ha repartido más de U$S 15.000.000 en premios y ha creado múltiples puestos de trabajo.
Sobre la importancia del turismo para Uruguay, no es necesario profundizar.
Pero sobre la importancia del fútbol como industria, parte de una industria más grande que es la del deporte, pero que sin duda es la más importante y la que más aporta a nuestro país, nada se dice, pues la pasión que provoca supera cualquier otro análisis, por más que esporádicamente se mencionen.-
Trataremos de referirnos a algunos
Y el fútbol es en Uruguay un producto desarrollado en territorio nacional, pero es también un producto de exportación.
En Uruguay hoy se hablar de la posibilidad de ventas al exterior entre otros de Facundo Torres, Agustín Álvarez Martínez, futbolistas del Club Atlético Peñarol, de Brian Ocampo jugador del Club Nacional de Football, de Juan Ignacio Ramírez de Liverpool F.C y de Matías Arezo del River Plate F.C y una eventual venta de Nicolás de la Cruz desde River Plate de Argentina a Europa, destacando que Liverpool F.C se ha reservado el 70% de la ficha, entre otros.
La cotización de los dos primeros ronda en los U$S 35.000.000 entre ambos, la del tercero se estima en U$S 10.000.000, la del cuarto se ignora aunque su club ha hecho muy buenos negocios y la del cuarto es de U$S 20.000.000, mencionándose que se ha de vender el 50% de su ficha en la mitad, lo que significa que el club uruguayo tendrá la mitad del precio de una nueva venta.
Los hinchas de Peñarol todavía lamentan la venta de Darwin Núñez, Brian Rodríguez y Facundo Pellistri entre 2019 y 2020, por una cifra superior a los U$S 20.000.000, con el consabido bajó en su rendimiento.-
Hace ya varios años Nacional manifestaba orgullosamente que había vendido a Sebastián Coates en U$S 12.000.000, mientras Liverpool hizo otro tanto con Nicolás de la Cruz por U$S 4.000.000 por el 30% de su ficha.
Obviamente este lista no es taxativa cuando más de 100 jugadores uruguayos juegan (trabajan) en distintas partes del mundo.
¿Cuántas empresas han exportado por las cifras mencionadas, las que como ya dije son totalmente parciales?
No debemos engañarnos pues no todo el dinero llega a los clubes, pues se deben pagar comisiones e impuestos.-
Pero aún con estas deducciones llega mucho dinero a los clubes
Y ese dinero queda en el país, pues los clubes lo utilizan, en su gran mayoría para pagar salarios, que a su vez tienen cargas sociales o mejorar instalaciones con la compra de mercaderías por las que pagan impuestos.
También debe destacarse que la inmensa mayoría de los jugadores y también técnicos y preparadores físicos que trabajan en el extranjero, envían remesas a sus familiares y sobre todo regresan al país dónde invierten su dinero por ejemplo en campos.-
Pero no es sólo eso, pues tanto la selección uruguaya como los equipos que participan en torneos internacionales reciben ingresos por ello.
La Asociación Uruguaya de Fútbol, ha recibido por ejemplo por su participación en el último mundial una cifra del entorno de los U$S 15.000.000 de dólares con los cuáles conjuntamente con otros ingresos paga los gastos de la preparación de la selección nacional, sueldos de los cuerpos técnicos de todas las selecciones (sub 15, sub 17, sub 20 y mayor), así como todos los empleados del Complejo Uruguay Celeste y todos los empleados de la propia Asociación.
Además ha repartido un saldo entre los clubes, saldo menor en relación a lo recibido, pues el premio a los jugadores y técnicos ronda el 50% de los ingresos.
Como ya dijimos ese dinero queda en su inmensa mayoría en el país pues los jugadores y mucho más los otros trabajadores, o bien regresan al país o bien lo invierten aquí.
Pero por año, 8 clubes uruguayos participan en los dos torneos más importantes del continente americano.
Recibiendo por los dos primero partidos en la Copa Sudamericana U$S 200.000 (2 partidos) cada uno y los que clasifiquen a la fase de grupos U$S 500.000 (6 partidos) , sumas que aumentan si los acompaña el éxito deportivo.-
Mientras tanto los que participan en la Copa Libertadores de América reciben U$S 200.000 (dos partidos) en la primera fonda, U$S 300.000 (dos partidos) en la segunda y U$S 3.000.000 (seis partidos) si clasifican a la fase de grupos, sumas que aumentan por cada etapa recibiendo el campeón U$S 17.000.000.
La mitad de los partidos son el exterior, por lo que deben abonar traslados y hotelería.
Pero como la otra mitad se juega en el país, sin pandemia venden entradas, percibiendo más ingresos y traen turismo al país pues son los equipos extranjeros quienes deben pagar hotelería, además de la hinchada que puedan traer sobre todo argentinos y brasileños, quiénes además pagan un precio más caro por las entradas.-
Sin hilar fino en estos números y con todos los que dije no consideramos: ¿Cuántas otras industrias logran hacer ingresar ese dinero a nuestro país?.
Eso no es lo único
En otras entregas nos referiremos a todos los puestos de trabajo que dependen del fútbol, pero no sólo el profesional, pues en nuestro país, también existen muchas actividades amateurs.
Este viernes la segunda parte de la serie