La ministra de Igualdad de España, Irene Montero, que parece desconocer la lengua madre, ha vuelto a dar pruebas de ignorancia sobre palabras que excluye del diccionario y por otro lado inventa otras que terminan siendo risibles.
Montero, la “reformadora de la lengua hispana”, ha cometido los más atroces desatinos y ha expresado barbaridades en sus intervenciones públicas. Hoy, la inefable ministra ha presentado un cartel con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI que se celebra el próximo lunes, 28 de junio. Hasta aquí todo sería lógico, pero el mensaje que acompaña a este cartel no pasa desapercibido: «Orgullo de todas, todos y todes».
La ministra Montero, pareja de Pablo Iglesias, durante un acto de precampaña para las elecciones en la Comunidad de Madrid, en su discurso utilizó el payasesco lenguaje inclusivo y se dirigió a “todos, todas y todes” hasta tal punto que llegó a decir “escuchadas, escuchados y escuchades”.
Los desatinos de Irene Montero… ¿Será mejor decir “Montera”?
Antes de acceder al cargo de ministro/a, Irene Montero fue diputada del partido español prochavista, Unidas Podemos, en el Congreso de los Diputados de España y desde allí ha demostrado, una vez más, que el idioma español puede ser salvajemente agredido cuando se inventan palabras para lograr la “igualdad de género”. En un anuncio público, Montero, la “reformadora del idioma”, dijo que habría un acto en el Congreso español, “con diferentes portavoces y portavozas”.
La hoy ministra, ignora que “voz” es un sustantivo del género femenino: La voz en singular y las voces en plural, por lo tanto eso de portavozas, es un ataque a la lengua, innecesario e inútil. No se puede pedir más cuando se tienen dos dedos de frente.
‘Cargo público’ no es lo mismo que ‘carga pública’
El periodista español, Carlos Herrera, le respondió a la ministra Igualdad del Gobierno de España e integrante de Podemos, Irene Montero, desde su programa de radio: «Ahora resulta que el feminismo consiste en que todas las palabras acaben en “a” –continuó el comunicador–, y las que acaban en “a” de por sí mismo habrá que reforzarlas. Uno es periodista, ¿pues yo soy “periodisto” entonces? A ver, Irene, ¿esto cómo va? ¿Los hombres tenemos voces y las mujeres tenéis vozas? No consiste solo en meter la pata. Cuando uno mete la pata la recoge y se olvida. Pues no, hay que huir hacia delante. Claro, es que entonces, Irene Montera habrá que reconocer que tú no eres un “cargo público”, tú eres una “carga pública”, y como tal, y como ahora queremos ser todos muy feministas, vamos a hacer lo imposible porque nuestro lenguaje acabe en “a”. Así que esta mañana, pues haremos una programa de “radia” donde todas las noticias las cantaremos y contaré más. Y donde además, procuraremos entretenerles con todos los “titularas” que ahora mismo vamos a leer», cerraba el discurso Carlos Herrera.
Pero estos desatinos con sabor español, no logran empalidecer a la exministra de Igualdad del PSOE, Bibiana Aído, cuando se dirigió públicamente en un discurso a los “miembros y miembras” de un colectivo, o a la ex diputada del PSOE, Carmen Romero, quien se refirió en una conferencia a los “jóvenes y jóvenas”.
Se dan turnos (¿o turnas?) para recibirse en la cátedra de “estupidez humana”.
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