El anunciado paro general del Pit- Cnt y la Gata Flora

Durante 15 años jamás les molestó que se despilfarraran los dineros públicos en barbaridades como el Antel Arena, la regasificadora, Pluna y Ancap, entre otros desatinos que privaron a los más desfavorecidos de un plato de comida. Hoy anuncian un paro "“contra el hambre y la desigualdad"

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Foto Wikipedia

Resulta que durante 15 años, mientras se despilfarraba la plata de los uruguayos en grandes “negocios” ruinosos y el hambre hacía estragos, a los muchachos de la calle Jackson no les molestaba el costo del multimillonario del Antel Arena, la inútil regasificadora, Envidrio, Alur, el Tren de los pueblos libres, la recapitalización de Ancap por el mal manejo de su patrimonio, la truchada de Pluna, toda una guita que nos quitaron a los uruguayos, entre otros desatinos.

Resulta que tampoco les molestaba que se les negaran los medicamentos de alto costo a los enfermos terminales. El silencio cómplice era más que elocuente.

Resulta que hoy el mudo habla y con sus palabras el descrédito se hace evidente y es imposible defenderlo.

Resulta que el PIT-CNT resolvió convocar a un paro general por 24 horas para el próximo 17 de junio y lo hace, a su entender, “contra el hambre y la desigualdad, por trabajo y salario, en defensa de la vida y en solidaridad con los 15 profesores de San José separados del cargo”. 

Todo un mamarracho al estilo que siempre ha caracterizado a la supuesta gremial sindical, agravado que mientras calló y permitió esos gastos millonarios sin protestar, ahora dice salir en defensa de los más necesitados, pero, salvo sus acólitos, nadie les cree.

Resulta que nada de lo que se haga los conforma, son los eternos “ponedores de palos en la rueda”, un ejercicio de desestabilización que practican con asiduidad.

Son parte de la doctrina del gatoflorismo, como lo definió Pedro Bordaberry días atrás: “De pronto, para algunos, nada estaba bien. Si se suspendían las clases era malo. Si se retomaban también. Si se limitaban actividades no era bueno. Si se ampliaban tampoco. Si el Presidente se vacunaba primero era un privilegiado. Si esperaba a vacunarse más tarde no daba el ejemplo. Si volvía el fútbol era un error. Si no volvía una discriminación. Las canastas, los almuerzos o cenas para los afectados por la pandemia fueron sustituidos por ollas en las que se hace proselitismo político contra leyes o el gobierno”.

Más claro, imposible.