Lenguaje inclusivo: la prueba de que la estupidez humana no tiene límites

Por RAÚL VALLARINO

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Irene Montero la ministra de Igualdad de España, que con su ley ha logrado beneficios para los violadores - (Foto Moncloa)

La Real Academia Española (RAE), explica sobre el innecesario lenguaje inclusivo y su aplicación por distintos colectivos y aparece una memorable definición del periodista español Carlos Herrera sobre este tema, como veremos más adelante.

Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas

Dice la RAE que este tipo de desdoblamientos  son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.

La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.

El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.

“todxs”, “todes” o “tod@s”

La RAE descarta el uso de expresiones como “todxs”, “todes” o “tod@s” por considerarlas “innecesarias”. La Academia explica que las palabras en masculino “puede abarcar el femenino en ciertos contextos” y tampoco admite los duplicados, como “Los uruguayos y las uruguayas” o “los argentinos y las argentinas”, entre otros.

En el libro de estilo, la RAE acepta la utilización de abreviaturas como “tqm” (“te quiero mucho”) y hace la sugerencia de que se escriba “yutubero” en vez de youtuber. Sugiere como escribir “wuasap” por “WhatsApp o “tuit” por “Tweet”, o “jáquer” en vez de “hacker”.

En el intento de incluir palabras y definiciones se han escuchado barbaridades que hacen pensar que uno queda excluido ante tanto disparate.

La diputada de partido español prochavista, Unidas Podemos, en el Congreso de los Diputados de España y ahora ministro/a de Igualdad, Irene Montero,(¿o acaso “Montera”?),  ha demostrado una vez más que el idioma español puede ser salvajemente agredido cuando se inventan palabras para lograr la “igualdad de género”. En un anuncio público, Montero, la “reformadora del idioma”, dijo que habría un acto en el Congreso español, “con diferentes portavoces y portavozas”.

La hoy ministra ignora que “voz” es un sustantivo del género femenino: La voz en singular y las voces en plural, por lo tanto eso de portavozas, es un ataque a la lengua, innecesario e inútil. No se puede pedir más cuando se tienen dos dedos de frente.

‘Cargo público’ no es lo mismo que ‘carga pública’

En un memorable discurso el periodista español, Carlos Herrera, le respondió  a  la ministra Igualdad del Gobierno de España e integrante de Podemos,  Irene Montero: «Ahora resulta que el feminismo consiste en que todas las palabras acaben en “a” –continuó el comunicador–, y las que acaban en “a” de por sí mismo habrá que reforzarlas. Uno es periodista, ¿pues yo soy “periodisto” entonces? A ver, Irene, ¿esto cómo va? ¿Los hombres tenemos voces y las mujeres tenéis vozas? No consiste solo en meter la pata. Cuando uno mete la pata la recoje y se olvida. Pues no, hay que huir hacia delante. Claro, es que entonces, Irene Montera habrá que reconocer que tú no eres un cargo público, tú eres una carga pública, y como tal, y como ahora queremos ser todos muy feministas, vamos a hacer lo imposible porque nuestro lenguaje acabe en “a”. Así que esta mañana, pues haremos una programa de “radia” donde todas las noticias las cantaremos y contaré más. Y donde además, procuraremos entretenerles con todos los “titularas” que ahora mismo vamos a leer», cerraba el discurso Carlos Herrera.

Pero estos desatinos con sabor español, no logran empalidecer a la exministra de Igualdad del PSOE, Bibiana Aído, cuando se dirigió públicamente en un discurso a los “miembros y miembras” de un colectivo, o a la ex diputada del PSOE, Carmen Romero, quien se refirió en una conferencia a los “jóvenes y jóvenas”.

Se dan turnos (¿o turnas?) para recibirse en la cátedra de “estupidez humana”.

1 Comentario

  1. Excelente nota y adhiero plenamente. Lo triste es que, con tanto palurdo comprando tal gilipollez, si uno quiere evitar pudrir su mente leyendo alguna de esas basuras que nos pretenden vender como “inclusiva” en vez de ir a enseñar Braille o lenguas de tribus originarias, es difícil o imposible huirle porque no falta el payaso que cruces tarde o temprano diciendo algo que meta tal bobada en su texto y diciendo que “sirve”, que es “útil”.
    Hasta me siento a veces como un Simpson, con ganas de arrancarme mechones al ver irse más y más a la cloaca a la lengua y cultura sana, racional, cambiada por parodias, ideologías en disfraz de “idioma”, siendo imposición. Menos mal que somos una enorme cantidad los que aún defenderemos nuestra lengua tal y como es, sin travestirla por el capricho de una minoría sin un pepino de base sólida en sus “argumentos”.
    Y no, aquí no sólo hay justificación de la RAE para rechazar ese lenguajucho. Hay sentido común y seriedad, entre otros.

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