
¡Energúmenos! es la primera definición que me surge luego de ver la reacción de las librerías militantes del kirchnerismo, ofuscadas por las declaraciones de la ensayista Beatriz Sarlo, que no aceptó ser una “vacunada VIP” del gobierno argentino que intentaba hacer publicidad con figuras reconocidas. Sarlo respondió que no era ético pasar por encima de quienes estaban primero y en riesgo de contraer el Covid-19. Esto bastó para que los libreros afines al kirchnerismo convocaran en las redes sociales a quemar libros de la reconocida escritora argentina.
Los nazis también quemaban libros que no eran a afines a sus intereses, como ocurrió en la Plaza de la Ópera en Berlín el 10 de mayo de 1933*
La librería kirchnerista Kokoro -con sede en el barrio de Palermo- utilizó sus redes para convocar a la quema de libros de la autora.
“Hoy 5pm quemamos los libros de Sarl@ en vivo (creo que tengo uno)”, escribió en su cuenta de Twitter Kokoro Libros. Y añadió: “Harta de esta señora. Que se atraganten en su mala leche”.
En respuesta a la quema de libros de Sarlo que anunciaba Kokoro libros, el cineasta argentino Juan José Campanella, señaló: “En Kokoro Libros te atienden con camisa negra. La pregunta es si el kirchnerismo creó a estos fascistas o simplemente los reclutó. ¿O las dos cosas?”.
https://twitter.com/juancampanella/status/1369726087790477316
Los “valientes” libreros de Kokoro, ante los mensajes de indignación, pasaron su perfil de Twitter a privado. Muy “demokráticos”.
Por su lado la librería Sudestada, en el centro de Buenos Aires, anunció que no venderá el libro del expresidente Mauricio Macri, Primer Tiempo y entró en explicaciones nada convincentes, porque se ve que el juego de la democracia no está en su planes para vender libros: “En Librería Sudestada elegimos qué vender y qué no”, arranca la serie de tuits y entre varios puntualiza: “La política no es un juego de primeros y segundos tiempos, es mejorar las condiciones de vida de la gente que en nuestro país bajo el gobierno de Macri llegó al 50 por ciento de pobreza”.
Y con una ordinariez típica de los K terminan diciendo: “No tienen nada que aportar. No vamos a difundir sus mensajes de mentira y pose pro. Con ellos no tenemos nada que ver, no cuenten con nosotros. Busquen el libro en otra parte, acá tenemos muchos otros para pensar y debatir ideas. Y que los eunucos sigan bufando”.
Claro que deben vender el “Sinceramente” de Cristina Kirchner, donde los millones que José López escondía en un convento, no son parte de la historia como otras corruptelas que a estos libreros militantes K, no les molestan.
- La quema de libros en Alemania por parte del régimen nacionalsocialista se inició el 10 de mayo de 1933 y consistió en una acción realizada específicamente por estudiantes, profesores y miembros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán cuando estos echaron al fuego de forma pública libros de aquellos autores que habían sido condenados al ostracismo por considerarlos «peligrosos».La acción se realizó bajo la dirección del Nationalsozialistischer Deutscher Studentenbund (NSDStB), la federación nazi de estudiantes, en la Plaza de la Ópera en Berlín y en otras 21 ciudades universitarias. La quema pública de libros fue el punto álgido de la llamada «Aktion wider den undeutschen Geist», en español «Acción contra el espíritu antialemán», iniciada en marzo de 1933, con la que tras la toma de poder del régimen nazi, se comenzaba la persecución sistemática de los escritores judíos, marxistas, pacifistas y otros autores opositores o simplemente desagradables al régimen.