Uruguay ha venido controlando con éxito a la pandemia de coronavirus, incluso con el reinicio del fútbol a nivel local, pero apareció el ente rector del balompié regional, la Conmebol, que entendió – en una forma cuestionada – que se podía reiniciar la Copa Libertadores con viajes de equipos a países donde el coronavirus está haciendo estragos, como por ejemplo Brasil, Argentina o Venezuela entre otros, que padecen altos niveles de contagios y muertes.
El equipo de Nacional de Montevideo, realizó dos viajes seguidos a Argentina y Venezuela y este sábado el club uruguayo informó del positivo del jugador Felipe Gedoz, que ya ha sido aislado junto a su compañero de habitación y por lo tanto se ha suspendido el partido que los tricolores debían jugar en la fecha contra Liverpool.
Para muchos la decisión de la Conmebol de reanudar el torneo internacional ha sido errónea y apresurada y ya comienzan a verse las consecuencias.
Las críticas se suman al recordar que la Conmebol y las autoridades sanitarias de Paraguay, a mediados de este mes, habilitaron al equipo de Boca Juniors de Argentina a viajar con jugadores que seguían dando positivo en los tests de COVID-19 aunque eran asintomáticos y habían pasado la barrera de los 14 días de su detección inicial.
Por otro lado el entrenador español Domènec Torrent del Flamengo de Brasil y otros nueve futbolistas de ese equipo están contagiados con Covid-19 y la lista de contaminados sube a 16 jugadores luego de los partidos que el equipo carioca disputó en Ecuador por la Copa Libertadores.
En definitiva la “burbuja sanitaria” de la Conmebol se rompió y el torneo debería suspenderse para preservar la salud de todos entienden los analistas.
El comunicado del Club Nacional de Fútbol