Carlos Migorena es el Inspector general de la Intendencia Municipal de Rivera, departamento uruguayo fronterizo con Brasil, una zona problemática en tiempos del coronavirus, donde el jerarca municipal con un equipo de colaboradores es la primera línea de contención del Covid-19.
En una entrevista exclusiva con ICN Diario, Migorena narró las incidencias diarias de una labor incesante que no se detiene en ningún momento porque en ello va la salud y la seguridad de los uruguayos en prevención de los contagios que pueden traer los extranjeros que ingresan a Uruguay.
Migorena cuenta que el flujo de emigrantes que llegan a Rivera ha descendido bastante. Pero el problema es lo permeable que es ese paso de frontera porque muchos extranjeros entran en forma ilegal: “Nosotros tenemos equipos que actúan como un filtro, si los vemos en las calles, los abordamos, vemos en que situación están. Si acaban de ingresar los llevamos a un centro de contención donde se les realiza el hisopado”, explica.
Señala que hay “aproximadamente unos 30 (extranjeros) que hemos interceptado en esa condición. Cuatro dieron positivo. Es un porcentaje alto; es gente que viene viajando, pasando mil peripecias, vienen escapando de la pobreza, de distintas situaciones, inclusive políticas, llegan con muy pocos recursos, no se les niega la entrada porque lo que ellos solicitan es asilo, no vienen como turistas”, puntualiza Migorena.
Destaca que la frontera está blindada en ese sentido y que “si sobrepasan los filtros que tenemos en la ciudad, a la salida está el Ejército que intercepta todo tipo de vehículos, tanto particulares como los del transporte público”.
Uno de los hechos más impactantes refiere a los venezolanos y cubanos que son la gran mayoría de los que llegan a la frontera riverense desde lugares tan remotos de Brasil como es Roraima (frontera de Brasil con Venezuela) para pedir refugio en Uruguay.
En el caso de los cubanos el inspector general explica que esos extranjeros llegan a Surinam y pasan luego de allí a Roraima y desde allí vienen atravesando todo Brasil y en esto incide el problema de los contagios y destaca que en las condiciones sanitarias en las que viajan no son las mejores.
Narra que “en algunos casos vienen realizando changas, trabajos informales, que los llevan a que se encuentren muy expuestos al contagio”.
Recuerda que pocos dìas atrás “interceptamos con mi equipo en la terminal de ómnibus dos ciudadanos venezolanos y uno cubano, los cuales habían llegado directamente desde Livramento en un taxi y pretendían seguir hacía el sur sin ningún tipo de trámites”. Al interceptarlos explica: “Los aislamos en la propia terminal, fueron trasladados con todas las medidas de precaución y dos de ellos terminaron dando positivo”.
Ante la consulta sobre si esos extranjeros que saltaron los protocolos y evitaron los controles de ingreso a territorio uruguayo no son pasibles de negarles la entrada al país, nos explica: “Si solicitan asilo Uruguay analiza todo ese asunto y ya no nos corresponde a nosotros ese tema; lo nuestro es controlar el centro (de Rivera) donde tenemos a 3.000 extranjeros por semana que vienen a comprar en los free-shop; los fines de semana llega mucha gente y no hemos tenido ningún foco en el centro de la ciudad en la parte comercial, porque está muy bien controlada”, afirma Migorena.
A diferencia de los camioneros que deberán pagar U$S 40 por hisopado en un futuro, los refugiados están exentos de ese pago como tampoco de contar con un seguro médico de cobertura exigido a los extranjeros que ingresan al país.
Migorena es un apasionado de su trabajo y los resultados de su buena labor, la de su equipo y de la Intendencia están a la vista. Sobre los controles y los servicios expresa: “Nosotros tenemos un centro de contingencia, de aislamiento, que está en el estadio municipal que era una concentración deportiva, que tiene 11 habitaciones, 30 camas. los aislamos allì, se les hace el hisopado y cuando viene el resultado los ayudamos. A veces la Intendencia misma les da el pasaje para que sigan su viaje a Montevideo”
Consultado si hasta el momento se ha rechazado alguna solicitud de refugio, respondió que “hasta ahora no se han dado casos” y agrega, “hemos tenido ciudadanos colombianos, venezolanos, cubanos, dominicanos y hasta un americano”, pero que no entraba en carácter de refugiado sino que era un caso de pérdida de documentos.
En la zona están ya como residentes, según informó la intendenta municipal, Alma Galup, unos 400 cubanos y otros 80 de otras nacionalidades.
Realmente nos agarran de estúpidos, la solidaridad tiene un límite. Estamos bancando a más de 35.000 cubanos, otro tanto de venezolanos, dominicanos y colombianos que llegan con el verso del refugio y hay que pagarles los hisopados, los traslados, las canastas del Mides mientras todo lo pagamos los uruguayos y esta gente no le importa si nos contagia. CIERREN YA LA FRONTERA Y TERMINEN CON EL VERSO DE LOS REFUGIADOS. LA SALUD DE LOS URUGUAYOS PRIMERO
El trabajo de esta gente es impresionante, pero quienes se pasan de vivos y pretenden ingresar al país burlando los controles como el caso del cubano y el venezolano con coronavirus con un riesgo para todos los uruguayos, deberían ser expulsados luego de curados. Son inconscientes.
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