El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se solidarizó con las víctimas del coronavirus, en su reaparición luego de 34 días ausente del foco público y sin explicar donde había estado le habló al país que vivía en la incertidumbre por la falta de comunicación del gobierno.
“Solidaridad y condolencias para las familias que están sufriendo la pandemia; el mundo ha quedado descarnado con esta pandemia”, reconoció Ortega, quien se dirigió a la ciudadanía en cadena nacional.
“Esta es una señal de Dios, que nos está diciendo que vamos por mal camino, gastando miles y miles de millones en bombas atómicas, armas (…) Es la oportunidad de hacer un cambio hacia la paz”, afirmó.
El reaparecido mandatario señaló que solo un mundo en paz permitirá crear las condiciones para llevar los servicios de salud a sectores vulnerables y abandonados.
“Cultivar la paz, fortalecer la paz, porque solamente un mundo en paz es lo que nos va a permitir crear las condiciones para que en este planeta no nos encontremos con situaciones dramáticas”, expresó Ortega.
En medio de esta pandemia no se ha dejado de trabajar, porque si aquí se deja de trabajar, el país se muere, agregó Ortega, cuya administración se rehusó a cerrar fronteras o decretar cuarentenas, a diferencia del resto de las naciones centroamericanas.
“Se pueden afectar grandes inversiones, grandes capitales, pero de hambre nadie se va a morir”, enfatizó el jefe de Estado, acompañado por su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
