Jolie Mc Guire: ¿Y qué hacemos los educadores?. Crítica a la responsabilidad social ante el conflicto en Chile

Nadie tiene la absoluta verdad, y nadie nos enseña sobre eso. Tampoco aprendemos cuáles son nuestros derechos como humanos, y menos qué hacer si nos lo quitan. Nadie nos enseña acerca del sistema económico en que estamos inmersos y en el cual seguiremos viviendo. Nadie nos enseña para qué somos buenos, ni cómo podemos aportar con ello a la sociedad.

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La Doctora en Educación, Jolie Mc Guire

La evasión está definida en distintas fuentes como: “Salida o recurso con que una persona elude enfrentarse a una dificultad, un compromiso o un peligro”, “Desentenderse de cualquier preocupación o inquietud”.

Estamos en días donde se recurre a reflexionar qué es lo que estamos evadiendo, qué hicimos o no hicimos para afrontar estos peligros, para reconocerlos o proveerlos.  Para comprender, interpretar lo que la sociedad chilena está pensando. Cuál es el significado que entrega hacia los estímulos externos y los cuales ya no parecen ser ajenos cuando la multitud provoca que se coarte la libertad en las noches, o cuando ya no se puede ir a comprar a cualquier supermercado en los horarios normalmente establecidos. No parece que es un país donde los educadores reflexionamos sobre los acontecimientos, los discursos que hacen los jóvenes, o sobre las exigencias que entrega la sociedad en general que no se está integrando hacia el currículum en el sistema educativo, simplemente porque quienes lo han planificando para que aprendan los niños, está en manos de quien coloca como principalmente a un panel de expertos que lo hagan.

¿Quiénes son los expertos que pueden dilucidar qué sucede en el día a día de un niño , y establecer cuáles son las herramientas que necesita para ser autónomo y sobrevivir ante tantos cambios?

¿Quiénes son los expertos que tienen la absoluta verdad para manifestar las preocupaciones de lo que está pasando día a día en los colegios y comprender como afrontar los problemas que se presentan porque no hay a quién preguntarle?

¿Quiénes son los expertos que recorren en transporte público como mínimo 2 horas diarias y que pueden visualizar la realidad y el cansancio de estar pendientes que no les roben sus enseres para poder ir al otro día a trabajar sin problemas?

¿Quiénes son los expertos que nos pueden decir que sacar Historia como una asignatura obligatoria, puede ser perjudicial para los futuros ciudadanos porque necesitan más técnica que una reflexión de su entorno?

¿Quiénes nos enseñan que la emoción es tan primordial como tener para comer, para dormir, para pensar, para hablar, para moverse, para elegir donde vivir en paz?

¿Quiénes nos pueden dar su expertiz para dedicarnos a leer sobre sus recomendaciones para enseñar matemática a 45 estudiantes al mismo tiempo en una sala?

¿Cómo empezamos entonces? ¿Será que nos podemos seguir capacitando en Decretos, en cambios curriculares, en metodologías innovadoras, en el funcionamiento del cerebro, en educación emocional, en implementación de Proyectos educativos para que se solucione todo lo dicho?

¿Será que necesitamos más reflexionar, pensar, meditar, replantearse, enfocarse en el objetivo más que en la forma?

¿Sabemos los educadores tener un pensamiento crítico y además enseñarlo? ¿Cuándo las respuestas han dado para reflexionar? ¿ En qué época nos enseñaron que la persona que estaba adelante , o por arriba de nosotros tenía la verdad para aclararnos lo que viene sin tener los riesgos de tomar malas decisiones?

Evadir es no pensar, evadir es no replantearse, evadir es dejar que otro piense por mi, es alimentarse de la ignorancia, es recurrir a la violencia para dar soluciones, es culpar a otro para responsabilizarlo; es no concretar en el momento justo; es potenciar la ignorancia; es no aprender; es no adaptarse al cambio; es castigar al justo; es dejar que castiguen al que sufre;  es desatender la vocación de ser educador; es darse cuenta y no hacer nada; es querer romper los esquemas y no hacerlo; es ser profesor y no enseñar de la vida; es no generar pensamiento crítico; es no escuchar a los estudiantes, es quejarse y no actuar, evadir es la forma pero no el fondo.

Nadie tiene la absoluta verdad, y nadie nos enseña sobre eso. Tampoco aprendemos cuáles son nuestros derechos como humanos, y menos qué hacer si nos lo quitan. Nadie nos enseña acerca del sistema económico en que estamos inmersos y en el cual seguiremos viviendo. Nadie nos enseña para qué somos buenos, ni cómo podemos aportar con ello a la sociedad. Nadie nos ayuda a comprender por qué suceden las cosas, sino que simplemente nos dicen que “así son”.Nadie nos cuenta quienes son los expertos que construyen los currículos o cómo lo hicieron. Nadie nos enseña cómo podemos manifestar nuestro descontento como ciudadanos. Nadie los aleja del peligro de ser unos zombies dentro de nuestros barrios y como despertar de ello.

¿Quién se atreve a enseñar a ser libres? ¿Quién nos puede dar herramientas para pensar críticamente? ¿Quién nos puede enseñar las artes para manifestar nuestras emociones? ¿Quién nos puede enseñar a leer y escribir lo que realmente estamos pensando? ¿Quién nos puede salvar de ser ignorantes dentro de nuestro mismo conocimiento? ¿Quién nos puede despertar del conformismo? ¿Quién nos dará una mano de ayuda para levantarnos del letargo de ser profesores que nos mantenemos en una educación del siglo XX? ¿Quién será quien nos libere de lo mismo vivido hoy en 30 o 40 años más?

Aún no aprendemos nada, y peor aún, los profesores no estamos a la altura de esta sociedad. Porque cuando lo que uno hace no da resultado, simplemente es que se está haciendo mal, y hay que replantearse. Simplemente estamos en el simplemente, y hacemos que todo siga igual.

Los que surgen de ese anonimato que habló en estos días lo hicieron de una manera violenta,  o quizás es lo que aprendieron del colegio, de sus padres, de su entorno. Violencia física, psicológica, económica, social.

Aquellos que un día se levantaron en la mañana y dijeron que sería un dia normal, y que actuarían como siempre lo hicieron, se encontraron con una noche apagada, un día de incertidumbre e irrumpieron a las voces oficiales para preguntar qué estaba pasando. Educar no es reprimir, es libertad , es pensar , es reconciliarnos como seres humanos, ante la escencia del amor que pasa por nuestras venas. Lo que siempre fue como un aspecto distante en los colegios, ahora se hace necesario, evocarlo en las aulas, en las casas, en lo cotidiano con las personas que nos relacionamos. Nos tenemos a nosotros. Tenemos nuestros cerebros, que aunque estén por 12 años siendo escolarizados y años mas tarde el sistema económico nos provoque a decidir y ver al otro como una competencia.

Tenemos este día , esta época y no otra, porque somos limitados , y nuestro tiempo se acaba rápido. Por eso, ¿vamos a seguir evadiendo nuestra responsabilidad social como educadores?

Por Jolie Mc Guire Aros es Doctora en Educación, Máster en Neurodidactica, además de académica e investigadora.