La Real Academia Española (RAE), explica sobre el innecesario lenguaje inclusivo y su aplicación por distintos colectivos y aparece una memorable definición del periodista Carlos Herrera sobre este tema, como veremos más adelante.
Los ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas
Dice la RAE que este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.
La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.
Diccionario panhispánico de dudas, s/v género2
“todxs”, “todes” o “tod@s”
La RAE descarta el uso de expresiones como “todxs”, “todes” o “tod@s” por considerarlas “innecesarias”. La Academia explica que las palabras en masculino “puede abarcar el femenino en ciertos contextos” y tampoco admite los duplicados, como “Los uruguayos y las uruguayas” o “los argentinos y las argentinas”, entre otros.
En el libro de estilo, la RAE acepta la utilización de abreviaturas como “tqm” (“te quiero mucho”) y hace la sugerencia de que se escriba “yutubero” en vez de youtuber. Sugiere como escribir “wuasap” por “WhatsApp o “tuit” por “Tweet”, o “jáquer” en vez de “hacker”.
En el intento de incluir palabras y definiciones se han escuchado barbaridades que hacen pensar que uno queda excluido ante tanto disparate.
La portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados de España, Irene Montero, ha demostrado una vez más que el idioma español puede ser salvajemente agredido cuando se inventan palabras para lograr la “igualdad de género”.
En un anuncio público, Montero, la “reformadora del idioma”, dijo que este miércoles habrá un acto “con diferentes portavoces y portavozas”.
La parlamentaria ignora que “voz” es un sustantivo del género femenino: La voz en singular y las voces en plural, por lo tanto eso de portavozas, es un ataque a la lengua, innecesario e inútil.
‘Cargo público’ no es lo mismo que ‘carga pública’
En un memorable discurso el periodista español, Carlos Herrera, le respondió a Irene Montero: «Ahora resulta que el feminismo consiste en que todas las palabras acaben “a” –continuó el comunicador–, y las que acaban en “a” de por sí mismo habrá que reforzarlas. Uno es periodista, ¿pues yo soy “periodisto” entonces? A ver, Irene, ¿esto cómo va? ¿Los hombres tenemos voces y las mujeres tenéis vozas? No consiste solo en meter la pata. Cuando uno mete la pata la recoje y se olvida. Pues no, hay que huir hacia delante. Claro, es que entonces, Irene Montera habrá que reconocer que tú no eres un cargo público, tú eres una carga pública, y como tal, y como ahora queremos ser todos muy feministas, vamos a hacer lo imposible porque nuestro lenguaje acabe en “a”. Así que esta mañana, pues haremos una programa de “radia” donde todas las noticias las cantaremos y contaré más. Y donde además, procuraremos entretenerles con todos los “titularas” que ahora mismo vamos a leer», cerraba el discurso Carlos Herrera.
Pero estos desatinos con sabor español no logran empalidecer a la ex ministra de Igualdad del PSOE, Bibiana Aído, cuando se dirigió públicamente en un discurso a los “miembros y miembras” de un colectivo, o a la ex diputada del PSOE, Carmen Romero, quien se refirió en una conferencia a los “jóvenes y jóvenas”.