La contracampaña al plebiscito “Vivir sin miedo”, propiciada por el colectivo “No a la reforma” tuvo su cadena nacional en Uruguay para intentar rebatir el proyecto de crear una fuerza militarizada para actuar junto a la policía en el combate a la incipiente delincuencia que azota al país.
Algunas de las apreciaciones de quienes se oponen a esta reforma de la Constitución, han sido inconsistentes y en vez de brindar una argumentación sólida dejaron más dudas que certezas.
Si bien los propulsores del No a la Reforma admiten la inseguridad que impera en el país, incurren en algunas inexactitudes en referencia a la creación de la Guardia Nacional.
Sostienen que de conformarse la Guardia Nacional los ciudadanos estarán “más expuestos y con menos garantías” y ponen ejemplos de Brasil y México y en este último de hechos acaecidos en 2006.
En México recién hace dos meses se creó la Guardia Nacional Militar para combatir a la delincuencia a instancias del presidente izquierdista López Obrador que la instauró y consiguió el apoyo de las Cámaras legislativas, que por amplia mayoría convalidaron el proyecto del mandatario que además fue avalado por la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
En la web de la contracampaña se asegura algo que está muy alejado de la realidad sobre lo que ocurre en los países donde ya existe una Guardia Nacional Militar: “La experiencia en otros países muestra que la intervención de las fuerzas armadas en materia de seguridad interna aumenta la violencia y perjudica aún más la seguridad. Además, puede generar daños irreparables como muertes, daños físicos y psicológicos y destrucción de bienes materiales, lo que profundiza las vulnerabilidades de la población que vive en las zonas socioeconómicamente más afectadas, donde suelen actuar”, aseguran los detractores del plebiscito por más seguridad, pero el buen funcionamiento de las fuerzas militares actuando como policías en varios países, parece desmentir a quienes se oponen a la reforma para “Vivir sin miedo”, como veremos en los ejemplos que van a continuación.
Uno de los exponentes de la contracampaña dijo que “la actividad de militares en seguridad pública no es aconsejable” y agregó: “Cuando ello ha ocurrido las consecuencias han sido nefastas”.
¿En dónde han sido nefastas?. La Guardia Civil de España fue creada el 28 de marzo de 1844 y es – según sus estatutos – un instituto armado español de naturaleza militar con funciones de policía, dependiente de los Ministerios de Interior y de Defensa y con tantos años de existencia y actuación no ha fracasado en su accionar junto a las fuerzas policiales.

El Arma de Carabinieri de Italia fundada en 1914 es una de las cuatro fuerzas armadas de Italia. Es el homólogo italiano de Carabineros de Chile y de la Guardia Civil de España, entre otras; tiene estatus de policía militar. Trabaja en complementación de la policía y tampoco se puede decir que haya fracasado.
Estas fuerzas militares ya actúan también en Chile (Carabineros), Portugal (Guarda Nacional Republicana), en Francia (Gendarmerie Nationale), en Holanda (Koninklijke Marechaussee), en Rumania (Jandarmeria), en Polonia (Zandarmeria) y en Lituania (iesojo Saugumo Tarnyba)y en Canadá (Militar Police).

Lo cierto es que en el mundo funciona exitosamente este modelo de doble fuerza pública en funciones de seguridad, aunando lo militar y lo policial. Se trata de las fuerzas denominadas gendármicas atendiendo al origen etimológico de Gendarmería (del francés gendarmerie, gens d’armes -gente de armas o armados-).
Se pueden tener conceptos distintos, eso es perfectamente entendible, pero las fuerzas militarizadas actuando en conjunción con la policía en los países mencionados, no han fracasado y eso debe ser considerado.
A Amnistía Internacional parece no pesarle los muertos
La organización Amnistía Internacional copia como un calco la interpretación que los colectivos contrarios al proyecto de reforma constitucional le dan a esta iniciativa que en definitiva será resuelta por el pueblo con su voto.
A la organización AI, parece no pesarle los 414 homicidios de 2018 en Uruguay o las casi 30.000 rápiñas.
Ni siquiera han leído que fuerzas similares ya centenarias como la Guardia Civil de España y el Arma de Carabineros en Italia, entre otras, actúan en defensa de los ciudadanos y no ocurre nada de lo que Amnistía Internacional vaticina.
Deberían ser imparciales y escuchar las dos campanas.
Yo voto a dos manos por más seguridad y estos grupos contras parece que están a favor de los chorros.
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