El presidente de Colombia, Iván Duque condenó las acciones delictuales realizadas por el Ejército de Liberación Nacional –ELN en el país sudamericano, por lo que aseguró que para llegar a avanzar en un proceso de retorno a la vida civil deben dejar atrás los actos violentos.
“A ellos les gusta hablar de paz, pero están cometiendo actos criminales de manera permanente”, dijo.
Las declaraciones las realizó el jefe de Estado en el marco de una entrevista a una radio local, donde los periodistas le preguntaron su opinión acerca de un informe de la Policía y la Fiscalía en donde se responsabiliza al ELN del asesinato de líderes indígenas y campesinos en varias regiones del país entre el 2017 y el 2018.
En este sentido el Mandatario garantizó a la ciudadanía que ningún hecho delictual quedará impune, mucho menos de un líder social, por lo que aseguró que la única forma de negociar entre el Ejecutivo y la guerrilla un eventual escenario de paz, es que esta última ponga fin a sus actos criminales.
“Yo insisto: si el ELN quiere avanzar en movilización, desarme y reinserción, bienvenido, pero tiene que ser sobre las dos premisas claritas: tiene que liberar a todos los secuestrados y tiene que poner fin a los actos criminales. De lo contrario, van a tener siempre la capacidad ofensiva, sancionatoria y disuasiva del Estado para enfrentarlo sin contemplación”, advirtió.
Ante esto el Mandatario argumentó que desde el Ejecutivo se puso en marcha el Plan de Acción Oportuna (PAO), para la prevención y protección de los defensores de Derechos Humanos, líderes sociales, comunales y periodistas, lo que ha permitido avanzar en esta materia, al tiempo de frenar el crecimiento de los homicidios que se ha registrado en regiones específicas.
Según cifras que maneja la Defensoría del Pueblo, entre el 1 de enero de 2016 y el pasado 30 de junio de 2018 han sido asesinados 311 ciudadanos colombianos que se dedicaban a ser líderes sociales y defensores de derechos humanos.
A su vez el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Situación de los Defensores de Derechos Humanos, Michel Forst, advirtió, en su reciente visita al país sudamericano a fines del mes de noviembre de 2018 que los asesinatos, amenazas y los actos de intimidación a los líderes sociales en ejecutan labores en Colombia han aumentado “de manera dramática” desde hace dos años.