(Guatemala) 6 jun (AGN).- Sobrevivientes a la catástrofe del domingo, cuando una potente erupción del volcán de Fuego devastó poblados y dejó al menos 75 muertos, dijeron hoy que el aliento que les ofrece la ayuda que guatemaltecos e instituciones de Gobierno se esfuerzan en trasladarles hasta los albergues, los motiva en medio del desconsuelo.
“Gracias a Dios que se preocupan por nosotros”, expresó una joven de 17 años, Rosa, quien conversó con la Agencia Guatemalteca de Noticia (AGN), en el refugio.
Instituciones de Gobierno cumplen una acción integral de atención a las personas que permanecen en albergues, tanto en Escuintla como en Sacatepéquez, priorizando la salud, seguridad y alimentación.
Cristian Vega, encargado de los albergues de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP) en Sacatepéquez, informó que en el departamento hay 616 personas a las que se apoya con la atención humanitaria.
“Desde el momento que llegaron a los albergues se le ha dado atención médica, alimentación, pero sobre todo, la certeza de que donde se encuentran resguardados, están fuera de peligro”, aseguró.
El apoyo a las personas es de colchonetas, frazadas, ropa comida, kit de limpieza y seguridad. En otro albergue, establecido en la escuela Mario Méndez Montenegro, fueron instaladas duchas portátiles para su higiene.
Asimismo, se les ofrece atención primaria médica, con diez médicos de planta que se rotan por turnos, apoyo en psicología y voluntarios que llegan para hacer actividades recreativas con los niños.
Adicionalmente, la población guatemalteca, en una masiva reacción de solidaridad, ha enviado recursos de diverso tipo a fin de asegurar su abrigo, salud y alimentación.
Agradecen apoyo
Rosa, con cinco meses de gestación, narró el momento trágico y la angustia al escapar, abandonando su vivienda. “Estábamos almorzando y vimos la ceniza que vino sobre nosotros. Pudimos salir de ahí, los policías nos sacaron”, recordó.
Se manifestó agradecida por el apoyo, pues testimonió que ha recibido su alimentación, atención médica y vitaminas.
Eleodoro Acajabón, de 82 años, contó que la una espesa nube de ceniza “se nos vino a la cabeza; entró la policía y nos sacó. No nos llevamos nada, dejamos a los animalitos”, dijo.
“Aquí uno se siente seguro, la cosa del volcán es allá”, dijo Acajabón en referencia a la seguridad que mantiene en el albergue, pese a que tuvo que dejar su hogar en la comunidad San José Las Lajas.
Prudencia Xicajó, de 76 años, aseguró que salió de su casa el domingo por la tarde, cuando vio “la nube negra” que “nos cubrió la cabeza y los ojos”. “Gracias a Dios nos fueron a sacar los que patrullan, porque el volcán acabó con la gente de (San Miguel) Los Lotes”, relató.
“Aquí en el albergue me dieron mi ponchito, dónde dormir, ropa y mi comida caliente y a la hora”, reconoció Xicajó.