Una burla en el Congreso al pueblo español: Todo sea por Pedro Sánchez

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Pedro Sánchez (Foto Congreso)

Las leyes se han hecho para romperlas- cuando conviene- y en el Congreso de los Diputados de España, se puede ingresar, sentarse en un escaño, hacer uso de la palabra, replicar e incluso fustigar a un Gobierno sin ser diputado.

Esta acción demuestra la falta de seriedad de un Parlamento donde se puede intervenir luego de renunciar a su escaño como es el caso de Sánchez. Es más típico de una republiqueta bananera que de un país del primer mundo, donde prima el “acá se puede hacer cualquier cosa” y adelante con la ilegalidad.

Pedro Sánchez, el político que fracasó dos veces en dos elecciones generales y que había renunciado a su escaño en el Congreso de los Diputados, volvió como si nada hubiera sucedido; ocupó una banca como parlamentario, sin serlo y habló como si aún integrara el Congreso. Una burla para todos los españoles que fueron a votar y hoy tienen que soportar esta afrenta.

Los 350 escaños son reservados exclusivamente para parlamentarios, una condición que no tiene Sánchez.

El diario Público menciona que “En el precedente de la moción de censura de Antonio Hernández Mancha contra Felipe González, el dirigente popular sí ocupó un escaño junto al resto de diputados, ya que sí podía hacerlo en su condición de senador, lo que tampoco se da en el caso de Sánchez”.

Con sus desatinos a cuestas, Sánchez, un experto “catedrático en fracasos”, que llevó la magra suma de tan solo 84 diputados al PSOE, se prepara para cargarse a España, de la misma en que lo hizo con su partido.

La comida de la mesa de los tontos está servida en el Congreso, muchos degustarán de sus platos porque Pedro Sánchez invita, aunque todo lo pague, como siempre, el pueblo español.

Lo degradante es ver a Sánchez hablando de la corrupción de otros, sin admitir la de su partido. ¿O los procesados del Caso Marea en Asturias, los EREs de Andalucía y la trama de financiación ilegal en Valencia no son de los socialistas?.