La Fundación Víctimas del Terrorismo de España, y en su nombre su presidenta, Marimar Blanco Garrido, ha manifestado que el comunicado de ETA pidiendo perdón a las víctimas llega tarde y es incompleto. Las disculpas a las víctimas eran imprescindibles, pero hace muchos años que debían haberse producido, y resulta inadmisible que pretenda diferenciarse entre dos tipos de víctimas las “ajenas al conflicto” y las que, en opinión de los terroristas, no lo eran. Esta falacia es inaceptable porque todas las víctimas de la banda asesina fueron inocentes.
Todas las víctimas de ETA eran, por definición, ajenas a las pretensiones totalitarias y mafiosas de ETA, porque los únicos que, de modo unilateral decidieron asesinar, secuestrar, torturar y amedrentar, fueron ellos.
En el comunicado, la Fundación considera que la magnífica labor desarrollada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es la que ha propiciado el final de ETA, y para ello asumieron un altísimo coste en vidas humanas.
La Fundación recuerda que pese a la petición de perdón, aún existen más de trescientos crímenes de ETA sin esclarecer, además de víctimas desaparecidas, y considera que hasta que todos y cada uno de ellos se hayan resuelto, y hasta que todos y cada uno de los responsables haya cumplido su condena, no podrán considerar plenamente creíble esta petición de perdón.
Expresan que “Las víctimas seguimos y seguiremos reclamando, de forma incansable, aquello que el Estado de Derecho nos reconoce de forma incuestionable: justicia. Y no admitiremos que, quienes causaron tanto sufrimiento y dolor, pretendan encontrar atajos para eludir todas las consecuencias que nuestro ordenamiento jurídico prevé como respuesta a sus actos”.
El documento que presentan las víctimas agrega que “además de traducir este supuesto perdón en colaboración con la justicia, para las víctimas son exigibles a la banda terrorista otros pasos que demuestren fehacientemente que ese perdón no es papel mojado. Entre ellos, la eliminación de los actos de homenaje a los terroristas cuando salen de prisión tras cumplir sus condenas o una verdadera contribución a la convivencia en el País Vasco y Navarra, lo que impedirá que se repitan hechos como los acontecidos en Alsasua”.
Finalmente destacan que “Tampoco admitiremos que se trate de equilibrar el sufrimiento padecido por las víctimas de ETA con el de quienes integraban la propia organización asesina, o estaban próximos a ella”.