Nosotros acostumbramos a pintar algunos muros en cada una de las fechas importantes vinculadas a Wilson, donde ponemos: “Wilson es de todos, nosotros somos de Wilson”.
Los que hablan de Wilson
Hoy hablan de Wilson los colorados, los militares, los frenteamplistas y algunos -como es el caso del presidente del Frente Amplio- lo utilizan en sus campañas políticas, porque Wilson tiene esa gran potencia y prestigio que otorga da credibilidad y por eso lo usan.
Ser de Wilson, es creer en un país que pueda construir un modelo de futuro sustentable. Ser wilsonista es tener la idea- adecuada en tiempo- para encontrar las rutas de salida de un país que tiene que pasar al desarrollo pleno, de su economía y de su gente, con una educación de primer nivel para el mundo en que vivimos y volver a colocar al Uruguay en ese lugar de prestigio que alguna vez tuvo en el mundo.
No por tener un “presidente pobre” como aparece Mujica por vivir en una chacra, sino porque es un país por encima de la media en América Latina, que le agrega valor a sus productos agropecuarios y porque somos una nación con alta tecnología aplicada a la producción. También es un país integrado socialmente.
Construir ese país, requiere un liderazgo que sea capaz de prender la luz en el horizonte, de generar las ilusiones necesarias para empoderarse de un proyecto creíble, en manos de un embanderado también creíble.
“Nos hace falta mucho wilsonismo”
En este país nos hace falta mucho wilsonismo, que es tener mucho sentido común con gente inteligente que desarrolle un buen diagnóstico nacional y sea capaz de entusiasmar a la población para abrirle caminos a una tierra con apenas tres millones de habitantes, que como decía Wilson, “somos criminales si no logramos darle felicidad a este país”.
Miércoles 19 d julio la segunda parte de Jorge Gandini: Con Wilson en el corazón