En el Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, una fecha que conmemora la adopción de la Declaración Universal sobre esos principios adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas, en 1948, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein dijo que una corriente peligrosa está cobrando fuerza en el mundo en la que la noción de respeto de los derechos humanos está bajo ataque, refiriéndose a los movimientos populistas que invocan el nacionalismo y tradicionalismo para justificar el racismo, la xenofobia, el sexismo, la homofobia y otras formas flagrantes de discriminación, aprovechando un clima de crisis económica.
El Alto Comisionado de la ONU llamó a los gobiernos a reconocer que un mundo que repudia los valores fundamentales es uno más inseguro, más vulnerable a conflictos devastadores, e incapaz de proteger los derechos de un gran número de personas que no piensan como aquellos que están en el poder.
La grave contradicción de la ONU se refleja en un conjunto de países que integran-paradójicamente- el Consejo de Derechos Humanos de la organización y que no son precisamente reconocidos por respetar esos derechos.
En lo referente al cupo que le corresponde a América y el Caribe en ese Consejo, aparecen integrándolo, entre otros, Cuba y Venezuela, con la misión de velar por el respeto y la vigencia de los derechos humanos. Hablando claramente, es como si se le diera al zorro el cuidado de un grupo de gallinas… ¿Las cuidaría o terminaría comiéndoselas?.
Nada en el mundo puede ser tan contradictorio como lo expuesto anteriormente, aunque el Secretario General de la ONU dijo en un mensaje que defender los derechos humanos es interés de todos. “El respeto de los derechos humanos promueve el bienestar de las personas, la estabilidad de las sociedades y la armonía de un mundo interconectado”, señaló Ban Ki-moon.
Iñigo Almuena