Brasil fue el país con mayor número de muertes por balas perdidas de América Latina y el Caribe durante los años 2014 y 2015, según el informe del Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (Unlirec, por sus siglas en inglés), un organismo de la ONU. Los datos se registraron a partir de casos divulgados por los medios de comunicación en 27 países.
El ranking muestra que, de los 741 incidentes relacionados con balas perdidas en la región (que resultaron en 371 muertos y 455 heridos), 197 ocurrieron en Brasil, dando como resultado 98 muertos y 115 heridos. En segundo lugar se encuentra México, con 116 casos (55 muertos y 77 heridos), seguido de Colombia con 101 incidentes (40 muertos y 74 heridos).
De acuerdo con Unlirec, la situación es consecuencia de la proliferación de armas pequeñas y de municiones, combinada con una serie de variables institucionales, sociales y económicas, lo que ha dado lugar a niveles inaceptables de violencia armada en la región.
Según Bruno Langeani, coordinador de la ONG Instituto Sou da Paz, el hecho de que Brasil está en la cima del ranking no es una sorpresa, ya que el país cuenta 60 mil homicidios al año, cifra que se considera alta. “Con tanta violencia armada, por supuesto, hay el tema de las balas perdidas.”
“En muchos casos, el discurso de las autoridades, especialmente en Brasil, es de que no se puede hacer nada para evitar las balas perdidas”, dijo Langeani. Según él, la investigación muestra que, si se conoce un poco más acerca de este fenómeno, es posible proponer soluciones. Él cree que es importante comparar los datos y el contexto en el que ocurren las balas perdidas.
“Por ejemplo, las operaciones policiales en favelas de Rio. La propia elección de qué arma comprar para la policía interfiere en el número de casos de balas perdidas”, dijo Langeani. Él explicó que las armas de alto calibre tienen un mayor potencial para atravesar obstáculos y alcanzar a personas que no están involucradas en la operación. En su opinión, el armamento más adecuado para operaciones policiales serían las carabinas, porque sus disparos llegan a una distancia más corta y son más precisos.
En Brasil, el 30% de los casos de bala perdida no tienen identificada su motivación. Entre los demás, las tres causas principales son el crimen organizado (24%), la violencia de las pandillas (16%), los robos (16%) y los casos de intervención por parte del Estado (7%).
Para Langeani, el hecho de que los datos del informe de Unlirec fueron recopilados de noticias puede influir en el resultado. “Pero si no fuera hecho con base en las noticias, no habría otra forma de documentar. Incluso en Brasil, no hay la categoría ‘bala perdida” en los reportes policiales. Así que el estudio se basó en noticias por falta de una manera más apropiada”, sostuvo.
Él dice que, entre las soluciones, la más amplia tiene que ver con eliminar la circulación ilegal de armas, lo que se aplicaría a todos los países y influiría directamente en el problema.