Otras fuentes de riesgo provenientes del entorno exterior vienen dadas por una hipotética intensificación de las tensiones geopolíticas en ciertas áreas y por el resultado del referéndum convocado en el Reino Unido acerca de la permanencia de este país en la Unión Europea. En sentido contrario, cabe la posibilidad de que el impacto positivo de las medidas de política monetaria aprobadas recientemente sea mayor que el considerado en el escenario central.
En el terreno doméstico, la prolongación del periodo de incertidumbre política puede dar lugar a que los agentes pospongan, en el corto plazo, algunas decisiones de gasto como consecuencia de la indefinición acerca del curso futuro de las políticas económicas. En el ámbito de la política fiscal, la incertidumbre afecta tanto a la pauta temporal del proceso de consolidación fiscal como a su composición y, por consiguiente, al efecto final de este proceso sobre la actividad.
Por otro lado, una hipotética adopción de medidas estructurales que tiendan a mejorar el funcionamiento de los mercados y a fomentar el crecimiento de la productividad tendría efectos positivos sobre el crecimiento hacia el final del horizonte de proyección, superiores a los recogidos en estas proyecciones.
Precios
En el ámbito de los precios, el Banco de España estima que, tras registrar un retroceso del 0,5 % en 2016, el IPC podría crecer un 1,5 % en 2017 y un 1,7 % en 2018, en línea con la recuperación proyectada para el precio del crudo y con un modesto repunte gradual de la inflación subyacente.
Empleo
La institución bancaria expresa en su informe que se continuaría creando empleo a tasas elevadas en relación al crecimiento del producto, lo que permitirá disminuciones adicionales de la tasa de paro, que al final de 2018 se situaría en torno a un 17 % de la población activa.