Puigdemont: ‘la paciencia no es infinita y no esperaremos eternamente un cambio en España’

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El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha afirmado hoy que, en la situación que viven en estos momentos las relaciones entre Cataluña y el Estado, esta “no es la última oportunidad, pero la paciencia no es infinita y no esperaremos eternamente un cambio en España”. Por este motivo, instó a los partidos políticos españoles que “no pase de este año que hagan los esfuerzos necesarios para que nos reconozcamos más, y el independentismo catalán sea respetado por parte de las instituciones y los representantes políticos e institucionales como un actor político que está aquí y que no desaparecerá”.
El jefe del Ejecutivo ha hecho esta reivindicación durante un desayuno-coloquio organizado por Nueva Economía Fórum, durante el que también ha hecho un llamamiento a “desdramatizar algo que es muy importante, pero sólo es un debate político”. Y, citando Ortega y Gasset, cuando decía que la palabra crisis no tiene porque tener un significado triste sino puede ser también un cambio a mejor, ha propuesto a la política española que lea el proceso catalán “en clave de crisis positiva, de crisis para mejorar y para que podamos construir un futuro conjunto en Europa”.
Apuesta por el “diálogo y la negociación entre iguales”
En diferentes momentos de la conferencia, a la que asistieron unas 400 personas, Carles Puigdemont ha insistido en la voluntad de diálogo del Gobierno de la Generalitat y ha apelado a “la negociación y el pacto entre iguales”. Ha asegurado que “ya estamos sentados en la mesa de negociación y no nos moveremos de ella, aunque hasta ahora estemos solos”, pero hizo notar que “no nos quedaremos de brazos cruzados; estamos dispuestos a dialogar y negociar, pero no estamos parados “. Y ha anunciado que, si hay un Gobierno en España después del 26 de junio, llamará para felicitar al nuevo presidente y el emplazará a “hablar de cuál es la mejor manera de implementar el encargo que nos formularon los ciudadanos de Cataluña el 27 de septiembre “.
En esta misma línea, el jefe del Gobierno ha subrayado que “la mejor de las soluciones es la que se hace de manera conjunta, dialogada y comprometida” y ha añadido que tiene “el máximo interés en que las cosas nos vayan bien en España y Cataluña “. Ha afirmado que “en Cataluña la inmensa mayoría de la población no se quiere desentenderse de España”, pero advirtió que “tampoco quiere entenderse de esta manera”.
“Despreocupación del Estado”
En esta línea, el presidente de la Generalitat ha denunciado la actitud de “elocuente despreocupación” del Estado ante el hecho de que el pasado 27 de septiembre “dos millones de ciudadanos españoles pidieron darse de baja”. “El Estado no está preocupado, porque ni siquiera se molesta en venir a preguntar nada, ni pide reunirse con nosotros para intentar conocer las causas”, añadió. “Me atrevo a advertir que el Gobierno puede transitar de despreocupación en despreocupación, hasta la preocupación final”, auguró, y advirtió que” si no se quiere preocuparse, al menos debería ocuparse; no puede mirar hacia otro lado, porque se trate de una realidad que no le guste nada”.
En otro momento de su intervención, y en relación a la posibilidad de pacto constitucional que plantean algunos partidos, el presidente ha preguntado “por qué no se ponen de acuerdo con una reforma de la Constitución?”. “No nos podemos engañar más, el pacto no está ni se le espera”, respondió, y señaló que la reforma federal la utiliza cierta política española para “fugarse del problema”.
En este sentido, lamentó que “estamos muy lejos de aquel primer Adolfo Suárez, que se la jugó muy en serio para asegurar la democracia en España, propósito con el que contó en algunos episodios clave también con el coraje del entonces Don Juan Carlos”. “Van asumir riesgos porque hubiera las condiciones en que debería discurrir una democracia europea”, concluyó.
Entre los 400 asistentes al acto se encontraban representantes de unas 25 embajadas, así como dos ex ministros del PSOE, Ángel Gabilondo y Eduardo Serra. También estaban presentes la consejera de la Presidencia, Neus Munté, y el secretario de Gobierno, Juan Vidal de Ciurana.