El aquelarre

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Por José L. Rondán.- El aquelarre consistía en una fiesta o reunión realizada en el medioevo en forma clandestina, por brujos, brujas, y los vasallos del feudo, al amparo de los bosques más espesos, dándose al baile, la ingesta de alcohol, probables sacrificios y otros desbordes que con seguridad obnubilarían los sentidos, quitándolos de la dura realidad de una vida muy difícil, el que finalizaba entrada la madrugada, donde con certeza, todos los participantes cansados y con resaca, volvían a la pesada realidad de sus tareas ordinarias en el castillo, o en las zonas circundantes.
Trato de no ser reincidente en hablar del tramposo e incapaz de Maduro o del narcotraficante de Diosdado Cabello, trato de no acordarme de la impresentable de Cristina K y su autoritaria y verborrágica figura de diosa de cartón, o de Dilma y su desmadejado Gobierno; trató de no acordarme del vendedor de humo y su nuevo perfil de popstar del espectáculo internacional, trató de evadirme de tener que pensar en Raulito, el inepto o algo más grave… ya no lo se.
Pero resulta que la realidad nos golpea a la puerta con más insistencia que los Testigos de Jehová a las ocho de la mañana en los días sábado y nos obliga, nos insta a hablar, a dar nuestra opinión y tomar postura.
Nuestro país, donde estuvimos por siempre, acostumbrados a tener el cinturón ajustado, a pelearle a la vida cada palmo de paz económica, de tranquilidad laboral, de capacidad para el ahorro, etc. Nuestro país que por su pequeñez territorial debió acomodar el cuerpo desde su primer aliento para no ser aplastado por los dos elefantes que viven, retozan, se enfurecen y hasta se aparean a nuestra vera, debió hacerse fuerte a través de las leyes internacionales y de las alianzas, de los acuerdos, de los tratados y de la diplomacia, como único camino para la supervivencia como tal.
Pero voy a saltearme algunas historias de la vida de nuestra pequeña gran patria, para ir directamente a la historia más reciente, a la que de una u otra manera hoy nos araña, nos lastima, y nos obliga irremediablemente a involucrarnos.
Fíjense que hace apenas unos años, vivimos un culebrón muy cruel con la empresa PLUNA y el señor de la derecha de la inexistente aerolínea COSMO y Lopez Mena, el del transporte de cabotaje y traslados de Bs. As. A Montevideo y viceversa y todos sus manejos y patrióticos aportes al depreciado Gobierno del cada vez más habitualmente denominado Fraudeamplio, que dio por tierra con la empresa de aviación, dejando aviones de subido valor a la deriva y costándole al Estado, aparte del desempleo de muchos trabajadores, una importantísima suma de dinero en dólares.
El primer Gobierno de Tabaré Vázquez, ( 2005 – 2010), bañado de mística izquierdista, y sueños a cumplir, donde mostraba en sus propagandas pre electorales a jóvenes y ancianos vistiendo ropa informal, desenfadada, vaqueros y camisas abiertas, manos en los bolsillos y aparente despreocupación, fue dejando paso a esa idea que poco a poco mutó, y de ensueño se trocó en pesadilla; que de ideal se transformó en el macabro juego de un anciano egoísta, desprolijo y despreocupado tanto para sí mismo como para con sus deberes públicos, y que tras su Presidencia, en la que no generó nada más que chamboneadas y lapidación de los dineros públicos, hoy nos muestra huecos, vacíos, cargados de rencillas internas donde unos acusan a los otros, y los que deberían ser líderes de verdad, brillan por su ausencia.
Tiempos donde unos dicen que estamos blindados económicamente hablando y el peso de ese blindaje nos está llevando al fondo, tiempos donde priman los principios de hombres de Partido y no el interés primero del pueblo que pide respuestas, donde esa filosofía de la protección del grupo lleva a solapar al delincuente, al incapaz, al inepto y nadie asume sus responsabilidades o las consecuencias por no tenerla, tal el reciente caso ANCAP donde la inoperancia, la falta de previsibilidad, la irresponsable informalidad, o el mero accionar delictivo, llevaron a que la empresa casi quiebre y a tener que inyectarle miles y miles de dólares para su reflotamiento y rápidamente, para tapar el olor a podredumbre que sale de la gestión, se le tiran encima litros del perfume “Alma Mía,” el perfume que la empresa de combustible pretendió gestionar.
Recuerden ustedes cuando la Venezuela del intolerante comandante Chavez, hacía por ingresar por cualquier hueco que fuera, al MERCOSUR, teniendo como única oposición para tal intención, al Parlamento Paraguayo, y a favor de integrarlo estaban Brasil , Argentina y Uruguay, y bastó que el 22 de junio de 2012, en un acto previsto por la Constitución paraguaya, el Presidente Fernando Lugo fuera destituido, para que todos al unísono comenzaran a corretear por los sinuosos caminos de América, no para asistir, no para evitar un acto en apariencia inconstitucional, sino para aprovechar la oportunidad de hacer realidad el protocolo de adhesión venezolana al bloque comercial, firmada un 4 de julio del año 2006.
Los presidentes, de igual ideología, oportunistas y falsos demócratas, reunidos en contubernio, deciden rápidamente suspender a Paraguay (cosa que aun no han resuelto con el dictadorcillo de pacotilla Maduro), y en la llamada cumbre de Mendoza, ratifican la suspensión y le dan ingreso triunfal a la Venezuela de Chávez; el desenfadado líder que a manos llenas prometía petróleo para la eternidad y que años más tarde, ya en su ausencia y con otro pajarraco como Presidente, nos tienen apretados con una importante deuda por el envío de productos lácteos, cuya gestión y fideicomiso fue acordado por Tabaré Vázquez con Nicolás Maduro, en cuyo marco se acuerdan las últimas exportaciones.
CONAPROLE, CALCAR, CLALDY y PILI son las empresas damnificadas por esta especie de aquelarre donde unos compiten con los otros, entre coincidencias ideológicas y favores, entre la búsqueda de AIRE FESCO y nauseabundos olores que han llevado a que nos deban U$S 100: y que el Gobierno, así como alegremente tapó lo de ANCAP, promete hacerse cargo de parte de la deuda para que las empresas locales no caigan.
En este aquelarre izquierdista, pienso que entre bueyes no hay cornadas, pero que es hora ya de que alguien se ponga las pilas para reacomodar la casa, porque de lo contrario, entre planes a cumplir que nunca se cumplen, entre reuniones tan eternas como vacías, sindicatos cogobernando, políticos calienta sillas, inescrupulosos y de ideas e ideales anodinos, acusaciones, amenazas, idas y venidas, pago de deudas o condonaciones de las mismas a amigos y amigotes, vamos a terminar como los escenarios del teatro, mucha pinturita por fuera, pero adentro, ni una baldosa de verdad.