La delgada línea entre la educación y la cultura

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Orlando Aldama
Orlando Aldama
Los hechos de público conocimiento, relacionados a la violencia y vinculados a todo y cualquier ámbito de nuestra sociedad y en cualquier país, además de provocarme una profunda desazón, genera en mi aunque no lo quiera una inusitada andanada de pensamientos, un tsunami de sinapsis, como forma de respuesta al inevitable ataque permanente y sistemático que está sociedad provoca en quienes aun conservamos algún atisbo de consciencia social.
Y no puedo aunque quiero desconectarme, no puedo aislarme, porque como padre, como un humilde trabajador, como un simple y honesto jefe de hogar es decir como un SER SOCIALMENTE APTO, no puedo y quizás no deba hacer que mis neuronas vacacionen dentro de un Bailando por un “sueldo” o enajenarme con edulcoradas y muy bien elaboradas “tiras” turcas, quizás porque la cruel y compleja visión que nos entregan los noticieros diarios desborda mi capacidad de enmascarar, de travestir una realidad que va más allá de mi voluntad por evadirme de ella.
Y lo más preocupante ¿cuál es la causa?, porque las consecuencias las vivimos todos, al parecer LAS IDEOLOGÍAS, no han encontrado aun la forma efectiva de modificar la conducta de aquellos que por alguna razón que no pretendo ni desentrañar ni fundamentar, desembozadamente arremeten contra toda norma establecida, escrita o no, logrando con sus actos imponernos un estado de violencia tal que no hay forma institucional que hasta ahora haya podido controlar. Bien por la fuerza, bien por la implementación de planificados y sofisticados mecanismos de readaptación social.
Entonces volvemos a lo mismo ¿cuál es la causa?, la realidad me sugiere una delgada línea, entre lo que podemos entender como educación y lo que llamamos o denominamos cultura, ¿a qué me refiero?… Parafraseando a Descartes “educo luego convivo”… aunque lo expresado por el filósofo en realidad fue: “pienso luego existo”… por lo mismo y analogía mediante, la forma y modo de convivencia, esta tan ligada y relacionada a la forma y modo de educación como la forma que entendemos la vida en sociedad, la cual seguramente algo tendrá que ver con la particular forma que tenemos de pensar y ver esa misma sociedad en la cual nos toca vivir.
Una delgada línea entre EDUCACIÓN, que sin entrar en definiciones elaboradas podríamos concluir que se trata de aquella forma de proveer a los individuos de una serie de elementos y herramientas para poder, vivir, relacionarse, desarrollarse y convivir en paz.
Ah… los Griegos a eso lo llamaban PAIDEIA y educaban a sus ciudadanos hasta los 23 años, corríjanme si me equivoco.
Sería impensado que entre esas herramientas no existiera una ESCALA DE VALORES y aquí debemos volver a intentar definir a que nos referimos al mencionar “VALORES”, sin teorizar demasiado, simplemente expresar que un individuo al cual lo estamos preparando (educando) para poder convertirse en un ser SOCIALMENTE APTO, lo deberíamos estar “formateando” para utilizar un término de la época, de tal manera, que su concepto del BIEN y del MAL sean tan claros que no existiera forma de poder confundir sus límites.
Entendiendo al “BIEN” como algo que provee o causa un beneficio tanto para un individuo como para un grupo y al “MAL” como algo perjudicial, algo clara y contundentemente contrario y diferente del “BIEN”.
Tan simple como eso… ya se, alguien dirá que existen diferentes ámbitos para desarrollar esa tarea tan importante, que en una primera instancia debería ser la familia la que “eduque” en valores, en afecto, en síntesis, convertir a un individuo en un ser socialmente apto, sensible, capaz de comprender, entender y actuar de acuerdo a determinados “valores”.
Y luego este individuo tendría que poder, a partir de un aporte institucional que el estado debería proveer, acceder a diferentes herramientas que logren activar y mejorar sus potencialidades, desarrollar sus conocimientos y formarse a nivel profesional, adquiriendo éste, una diferente dimensión de la EDUCACIÓN, aquella que le permita afrontar la experiencia de la vida, mediante una carrera un oficio, lo que él desee, lo que pueda o a lo que acceda.
Entonces, habiendo tomado nota, entendido y comprendido que el PRIMER AMBITO donde un individuo debería recibir “EDUCACIÓN” es en la familia, que nos sugiere este relato…
Bueno una primera apreciación me lleva a pensar que no todos los individuos tienen la fortuna de contar una familia que los contenga, que les proporcione afecto y que les brinde todo lo necesario como para poder nutrirse de aquellos valores que serán SIN DUDAS el soporte fundamental de su COMPORTAMIENTO SOCIAL.
Una segunda apreciación resulta de percibir a la sociedad como un conjunto de individuos EDUCADOS Y SOCIALMENTE APTOS que se han ORGANIZADO constituyendo de por sí una estructura que debería poder tener la capacidad de: prever, detectar y colaborar en el normal desarrollo de todo y cualquier individuo, teniendo en cuenta que los costos posteriores serán ampliamente superiores en cantidad y calidad, además de generarse la contradicción de que quienes si SON APTOS SOCIALMENTE no son capaces o no les interesa encontrar soluciones para resolver los problemas de quienes NO SON APTOS (socialmente hablando), generándose de esta forma una muy particular “CULTURA”.
Consecuencias, de esta forma de “CULTURA” (entendiendo por CULTURA todos aquellos componentes que hacen a un grupo determinado en un tiempo y espacio, que pasan de generación en generación, transformándose algunas de estas manifestaciones EN TRADICIONES, como “El mate”, “Las Tortas Fritas” etc.).
Componentes más destacados de nuestra actual “CULTURA”… aclarando que no pretendo generalizar, sino denotar tan solo las más radicales de sus manifestaciones, aquellas que todos sufrimos día a día : carencia absoluta de valores, conductas individuales antisociales, desidia, desinterés, deterioro personal y social, vandalismo, rebeldía, desconocimiento y/o falta de adaptación a las normas, inconducta, descreimiento en las Instituciones, falta de respeto a las Instituciones, incapacidad para resolver conflictos sin utilizar la violencia, desobediencia civil, prevalencia del más fuerte, corrupción, delincuencia, etc.
Esto está marcando tan solo la generación de una “patología” una patología tan evidente como específica para cada sociedad, pero patología al fin.
A modo de conclusión: Existe una muy particular línea entre “EDUCACIÓN” y “CULTURA”, en realidad más que línea es un “LIMITE” y como todos sabemos hay límites “FISICOS” y límites que son “DETERMINADOS” a texto expreso en forma de norma, como lo que pasa con una “frontera seca” donde lo que existe es una delimitación preestablecida que las partes acuerdan respetar.
ACUERDO y RESPETO, es lo que la sociedad toda está reclamando, EDUCACIÓN EN VALORES, (Colaborar con los individuos más vulnerables, rescatarlos antes que se pierdan), INSTITUCIONES QUE EJERZAN EFECTIVAMENTE LA NORMATIVA VIGENTE (impedir que se difunda la cultura de la violencia, generar equipos multidisciplinarios y atender el tema de los límites, del respeto y de la convivencia en paz) – Por último: ACTITUD, DESICIÓN Y VOLUNTAD FERREA… a nadie le sirve una sociedad con una “patología crónica” .
Para finalizar una frase que aprendí de una Institución que conocí en Paraguay llamada PUAFE (Padres Unidos en el Amor y la Fé):
“Más vale construir un poderoso muro de contención al borde del precipicio… que el más moderno hospital con instalaciones de última generación en el fondo”