Quito, (Andes).- El continente americano se mantiene expectante ante la próxima Cumbre prevista esta semana en Panamá, donde 34 países de la región se darán cita para abordar asuntos regionales, aunque, sin dudas, el interés apunta a un probable encuentro entre los presidentes de Cuba y Estados Unidos, y a un debate -no agendado- a causa de las recientes sanciones de Washington contra Venezuela.
Según el programa provisional, la cita deberá ser inaugurada a las 18:00 (hora local de Panamá) en el teatro Anayansi, del Centro de Convenciones de Atlapa, en la capital istmeña, pero no será hasta el viernes 11 que inicien las sesiones plenarias en la misma instalación con el lema de “Prosperidad con Equidad: El desafío de Cooperación en las Américas”
A la par, en el Paraninfo Universitario se realizarán cuatro foros paralelos, en uno de los cuales participarán los rectores de centros de altos estudios en la región, en otros los jóvenes, uno para los empresarios y también estará activado el de la sociedad civil y actores sociales; en este último hablará el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Los temas a debatir por los participantes en estos foros serán movilidad académica; el rol de la innovación y tecnología para mejorar la investigación y la educación universitaria en la región; y la importancia de la investigación universitaria para el emprendimiento y desarrollo económico sostenible.
Además, la promoción de mecanismos de consulta, el diálogo e intercambio para la participación de las organizaciones de la sociedad civil y actores sociales, y las grandes oportunidades de comercio e inversión presentes y futuras en la región latinoamericana.
Para Panamá, la prioridad de este evento es que sean desarrollados de forma integral los contenidos a discutir, aunque el reto, según expertos, es dar un nuevo giro a la perspectiva en la que se manejan estos temas, al ser asuntos que se han debatido anteriormente pero que merecen ser llevados al contexto actual en que vive América.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el secretario del Estado del Vaticano, Pietro Parolin, estarían entre los invitados participantes en la Cumbre de Panamá.
Cuba y Venezuela frente a Estados Unidos
La presencia de Cuba en estos foros, representada por su presidente Raúl Castro, será uno de los acontecimientos relevantes de la cita de Panamá, ya que la isla caribeña asiste por invitación del país anfitrión, a instancias de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde fue anulada su suspensión en 2009.
Sin embargo, Cuba ha manifestado su agradecimiento a los países de la región por su lucha para que retornara a este espacio natural dada su ubicación geográfica, pero la isla no ha manifestado su intención de hacerlo.
Fuentes de la cancillería cubana, citadas por Prensa Latina, insistieron en los últimos días en que la participación de su país en la reunión de Panamá está “desasociada” del proyectado documento final titulado “Mandatos para la acción”.
Este texto fue elaborado por el llamado Grupo de revisión e implementación de las cumbres, perteneciente a la OEA, institución que también decide sobre las acreditaciones para el encuentro, en particular de varios de los foros paralelos al debate de los jefes de Estado.
Respecto a esta cumbre, el mandatario cubano precisó que su país “no volverá jamás a integrar la OEA”, considerada por La Habana como un ministerio de colonias a las órdenes de Estados Unidos.
Por otra parte, y en este contexto, se espera que el mandatario cubano y su par estadounidense, Barack Obama, puedan sostener un encuentro, por lo menos informal, luego que decidieran el 17 de diciembre de 2014 iniciar conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas, interrumpidas hace más de 50 años.
Medios internacionales de prensa citan a la Secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, quien ha liderado las negociaciones con la parte cubana para reestructurar los vínculos con Cuba y habría declarado que dicho encuentro entre el mandatario cubano y Obama “podría suceder”.
Jacobson también ha manifestado que las negociaciones con la Isla a fin de que se restablezcan los nexos podrían durar años; ello rompe con los rumores de que ambos países estarían esforzándose para presentar en esta Cumbre el resultado esperado de estos diálogos.
En el caso de Venezuela, su presidente Nicolás Maduro estaría aspirando a presentar la lista de por lo menos 10 millones de firmas de apoyo a su país y en rechazo a las sanciones contra funcionarios venezolanos desde Washington y contra el decreto que declara al Estado suramericano como una “inusual amenaza” a la seguridad nacional de Estados Unidos y a su política exterior
También sobre el caso, Jacobson se manifestó recientemente “decepcionada” por el amplio rechazo en América a las medidas contra los funcionarios de Venezuela.
Los miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), así como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) deploraron esa decisión unilateral desde Washington y el decreto contra la nación venezolana.
Además, a través de estas organizaciones integracionistas y de manera individual, líderes y personalidades de la región manifestaron su desacuerdo con Estados Unidos al señalar que su gobierno estaría pretendiendo ganar terreno perdido en el país que posee las mayores reservas petroleras probadas del mundo ante el apoyo de la mayoría en las urnas al gobierno venezolano.
Por otra parte, en círculos políticos e intelectuales se considera contradictorio que el gobierno de Obama por un lado esté sellando una deuda con América Latina al pretender restablecer los vínculos con Cuba, y por otro dé un portazo a Venezuela, desde donde el extinto presidente Hugo Chávez impulsó en vida la creación de esas agrupaciones regionales para buscar la unidad continental y enfrentar amenazas externas.
yp/ar