El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, anuncia en rueda de prensa que “Estamos dispuestos a viajar a Venezuela las veces que sean necesarias para colaborar con las autoridades revolucionarias del Gobierno electo por los venezolanos y coadyuvar a frenar lo que efectivamente se presenta como un nuevo intento de golpe de Estado”.
Con estas declaraciones predispone a la Unasur en contra de lo que vive el pueblo de Venezuela. Sólo ve por el gobierno y no por lo que el Estado le hace a sus ciudadanos.
Debe diferenciar que cuando Maduro ganó la presidencia lo hizo por un estrecho margen, y que una cosa es llegar al poder por el voto de la mayoría y otra muy distinta es aprovechar ese hecho para dejar de lado a la democracia y gobernar a su antojo.
El pueblo tiene el derecho legítimo a manifestarse y eso ni la Unasur ni nadie lo puede impedir. Es lamentable que no se hable de los derechos del pueblo y se le ignore. Parecería que si protestan son enemigos financiados por la derecha.
Es de terror ver la involución de los que se dicen “progresistas” que defienden a ultranza una posición sin permitir que alguien piense diferente.
El señor canciller Patiño debería preocuparse de la realidad. Un ejemplo:
El ministro de la Defensa, general del Ejército Vladimir Padrino, emitió la resolución número 008610, publicada en la Gaceta Oficial 40.589 del 27 de enero de 2015, donde establece un nuevo modelo de control militar del orden público que incluye el «uso de la fuerza potencialmente mortal, bien con el arma de fuego o con otra arma potencialmente mortal para evitar los desórdenes, apoyar a la autoridad legítimamente constituida y rechazar toda agresión, enfrentándola de inmediato y con los medios necesarios».
Aunque la resolución del gobierno de Maduro, contradice el artículo 68 de la Constitución venezolana, que expresa: “Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”.
Luego del imperdonable suceso donde un oficial asesinó a un estudiante de 14 años, que ni siquiera estaba en la protesta y que como Boy Scout con conocimientos de primeros auxilios, se acercó a prestar ayuda a un herido. Esto ocurrió el 25 de febrero de 2015.
Maduro “condenó”, ese mismo día, el asesinato del jovencito y envió sus condolencias a la familia, pero lo más insólito fueron sus expresiones: “En Venezuela está prohibida la represión armada y, de manera explícita en la Constitución, están los elementos para contener, como hicimos hace un año; estuvimos conteniendo guarimbas, guarimbas, guarimbas, de manera impecable”, dijo.
Esto no le llama la atención al gobierno de Ecuador, mejor dicho lo ignora y eso es lo lamentable, que no diga nada de las contradicciones del señor Maduro.
La imparcialidad es necesaria para mediar en una crisis.