Gobierno de Uruguay publica una guía para enseñar el cultivo de marihuana a sus ciudadanos

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El gobierno uruguayo presenta un manual para cultivar marihuana (Foto: ICNdiario)
El gobierno uruguayo presenta un manual para cultivar marihuana (Foto: ICNdiario)
El manual de ayuda para el cultivo del cannabis, ha sido publicado en el portal estatal del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) de Uruguay, donde explica las distintas etapas para un mejor cultivo de la droga.
El IRCCA señala que el objetivo de la guía es recomendar los requisitos mínimos a ser considerados en los planes de producción de cannabis de los clubes de membresía que se instalen en Uruguay, luego que el gobierno del presidente José Mujica, autorizara su cultivo y su venta regulada. La legislación aprobada solo por el Frente Amplio, el partido del gobierno, establece que se permite cultivar hasta seis plantas por vivienda, 480 gramos al año.
Luego explica que se debe considerar la disponibilidad de instalaciones y espacios adecuados para la producción de acuerdo al número de plantas estimado de producción, previendo un espacio suficiente por planta además de las áreas de circulación necesario.
También, según el manual, hay que supervisar que el lugar donde se lleva a cabo operaciones de acondicionamiento del producto cosechado tales como manicura, clasificación, empaque, almacenamiento o cualquier otro, sea adecuado para de preservar las condiciones de inocuidad de los alimentos.
Sobre el acondicionamiento del cannabis cosechado, la guía señala que el responsable de producción gestionará los riesgos de la contaminación del producto cosechado, garantizando que se sigan las prácticas de higiene; se apliquen las técnicas de cosecha apropiadas y sean capaces de detectar malas condiciones del producto o cualquier condición que pudiera representar un peligro de contaminación.
La medida de regularizar el uso de la marihuana, ha provocado reacciones contrarias tanto a nivel local como internacional, e incluso la ONU acusa al gobierno uruguayo de violar las convenciones de control de drogas e ignorar la Convención de Drogas de 1961, de la que el país sudamericano es Estado parte.