El diario londinense The Guardian pasó en pocas horas de la gloria a desbarrancarse en un abismo de inexactitudes al expresar en un artículo que en Venezuela se puede protestar para defender privilegios (sic).
Pero vayamos por partes; la publicación de los documentos que dieron a conocer el espionaje masivo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos le ha valido el premio Pulitzer al servicio público a los periódicos The Guardian y The Washington Post.
“Estas publicaciones fueron más allá de la simple filtración de documentos”, expresó a la prensa Sig Gissler, director de los Premios Pulitzer.
Hasta ahi, todo muy loable, pero The Guardian pierde el rumbo y no ve (o no quiere ver) las barbaridades del gobierno de Nicolás Maduro.
El periodista británico Seumas Milne, quien entrevistó este mes al presidente Nicolás Maduro, publicó un artículo en el diario The Guardian, titulado Venezuela muestra que se puede protestar para defender privilegios.
En una parte de su artículo el periodista inglés dice: Tomemos como ejemplo a Venezuela, que durante los últimos dos meses ha estado sacudida por protestas antigobierno que buscan derrocar el gobierno socialista de Nicolás Maduro, presidente electo el año pasado para suceder a Hugo Chávez.
La oposición de derecha en Venezuela ha tenido por largo tiempo un problema con el asunto de la democracia, tras haber perdido 18 de 19 elecciones o referendos desde que Chávez ganó la primera elección en 1998 – en un proceso electoral que el expresidente estadounidense Jimmy Carter describió como “el mejor del mundo”. Sus esperanzas aumentaron en abril del año pasado cuando el candidato opositor perdió ante Maduro tan sólo por 1,5%. Pero en diciembre, las elecciones nacionales le dieron a la coalición chavista una ventaja de 10 puntos.
El diario londinense de línea edtorial de izquierdas, toma partido por el chavismo y agrega:
No sorprende que en estas circunstancias Maduro piense que lo que ocurre es una desestabilización apoyada por Estados Unidos al estilo ucraniano, como él mismo me dijo. Es absurda la afirmación de Estados Unidos de que eso es una “excusa” sin razón. Hay muchísima evidencia de la subversión apoyada por Estados Unidos en Venezuela – desde el golpe de 2002 a través de cables desclasificados por Wikileaks señalando los planes norteamericanos para “penetrar”, “aislar” y “dividir” el gobierno venezolano hasta el financiamiento continuado y a gran escala de grupos de oposición.
No se debe sólo a que Venezuela se asienta sobre las reservas de petroleo más grandes del mundo, sino a que ha encabezado la ola progresista que se ha extendido por América Latina durante la última década: desafiando la dominación estadounidense, recuperando los recursos de poderes empresariales y redistribuyendo la riqueza y el poder. A pesar de sus problemas económicos actuales, los logros de la Venezuela revolucionaria son indiscutibles.
Pero si esto resulta insólito veamos lo que dice luego, donde presenta al gobierno chavista como ejemplo y modelo de virtudes: Desde que recuperó el control de su petróleo, Venezuela lo ha usado para reducir la pobreza a la mitad y la extrema pobreza a un 70%, para expandir masivamente la salud pública, viviendas, la educación y los derechos de la mujer, aumentar las pensiones y el salario mínimo, crear decenas de miles de cooperativas y empresas públicas, poner los recursos en las manos de la democracia participativa de base y financiar programas de salud y desarrollo a lo largo de América Latina y el Caribe.
El periodista no menciona que las viviendas de 17 plantas, carecen de ascensor y que la industria nacional no existe, a pesar del dinero del petróleo, aunque luego de tantos halagos llega a reconocer que: …el gobierno tendrá que poner freno a la escasez y la inflación – lo cual tiene voluntad de hacer. Los precios se dispararon cuando se cortó el flujo de dólares al sector privado, que controla la importación de alimentos y suministros, mientras que una gran cantidad de productos a precio regulado son extraídos a Colombia para ser vendidos a precios mucho más altos.. No dice que el gobierno controla el mercado de divisas y que no las entrega y por lo tanto es imposible obtener dólares para importar y que el Estado no fomenta ni ayuda a crear industrias en el país, todo se importa desde el exterior. El presidente Maduro dijo este martes 15 de abril algo que reconoce la situación real de Venezuela: “Tenemos que superar la economía de puertos; tenemos que producir todo, hay que dejar la importación”, lamentable que esto no lo dijera The Guardian en su artículo.
Parece mentira que un medio de prensa como The Guardian, que le dieron un premio Pulitzer, no se solidarice con los periódicos venezolanos que no pueden importar papel, por el bloqueo antidemocrático del gobierno de Maduro y solo están subsistiendo gracias a donación que les llega de otros medios extranjeros. Parecería que para The Guardian sólo deberían existir medios de prensa obsecuentes con el gobierno chavista.
El artículo señala luego que: Una reciente reducción en el control de cambios ya tuvo impacto. A pesar de todos sus problemas, la economía ha continuado expandiéndose y el desempleo y la pobreza continúan cayendo. Venezuela está muy lejos de ser el caso perdido que sus enemigos desean. Pero el riesgo es que mientras las protestas se van desgastando, sectores de la oposición se vuelven más violentos para compensar su derrota en las urnas. Sobre la violencia del Estado, ni una palabra, todo parece ser culpa de la oposición para The Guardian.
De la inseguridad ciudadana, que nada tiene que ver con las protestas, el artículo del periódico londinense, no la menciona y no dice que Venezuela es uno de los países más violentos del mundo, según el informe de la ONU que indica que Venezuela alcanzó la cifra de 53.7 homicidios intencionales por cada cien mil habitantes.
Tampoco menciona el reciente informe de Amnistía Internacional, Venezuela: Los derechos humanos en riesgo en medio de protestas, documenta denuncias de violaciones y abusos a los derechos humanos cometidos en el contexto de las masivas manifestaciones que tuvieron lugar desde comienzos de febrero.
De acuerdo a información recibida por Amnistía Internacional, las fuerzas de seguridad del país han recurrido al uso de fuerza excesiva, incluyendo armas de fuego, y hasta han torturado a manifestantes.
De todo esto, el periodista de The Guardian nada dice.